Acebes atribuyó a ETA la masacre «sin ninguna duda» y luego rectificó
Todos guardaron la prudencia excepto el ministro de Interior, Ángel Acebes. La dimensión de la matanza y el hecho de que nadie avisara de la colocación de los explosivos hizo dudar en un primer momento de la autoría del atentado. Cuando el líder de Sozialista Abertzaleak, Arnaldo Otegi, atribuyó la masacre a «la resistencia árabe» y no se planteó «ni como hipótesis» que fuera obra de ETA, la sospecha de que Al Qaida pudiera estar detrás se incrementó. Pero no para Acebes, que parecía tenerlo muy claro desde el principio. Mientras todas las fuentes consultadas mantenían la reserva, el ministro compareció por la mañana en La Moncloa con absoluta seguridad declaró que el atentado era obra de ETA «sin ninguna duda». Con fi rmeza, consideró «absolutamente claro y evidente» que la masacre llevaba la firma de la banda terrorista vasca. Desgraciadamente, en esta ocasión ETA ha conseguido su objetivo», insistió rotundo. Incluso tachó de «miserable» Otegi por haber negado que la matanza fuera obra de ETA. Giro total Por la mañana, Acebes descartó tajantemente que Al Qaida o cualquier otra organización islámica pudiera estar detrás de los atentados. Pero horas después, en torno a las 20.30 horas, reconocía que ésta era una de las principales líneas de investigación. Durante su declaración de la mañana Acebes no aportó ningún dato irrefutable que sostuviera su absoluto convencimiento de que ETA era la autora. Y sin embargo, se mostró inflexible. Se basó para ello en el modus operandi que, según explicó, es idéntido al atentado que ETA intentó cometer en Nochebuena. En aquella ocasión las fuerzas de seguridad detuvieron a los etarras antes de que colocaran las mochilas repletas de explosivos en un tren que se dirigía a Chamartín, en Madrid. El otro dato que, según Acebes, demostraba que ETA estaba detrás fue que los terroristas colocaran bombas trampa destinadas a matar a los servicios de emergencia y a las fuerzas de seguridad, como hace siempre la banda. En su empeño en atribuir a ETA la masacre, Acebes despreció que las características del atentado, indiscriminado y sin aviso no coincidiera con el modo de actuar de la banda. Dudas, por la tarde La seguridad demostrada por Acebes por la mañana se tornó en dudas y vacilaciones por la tarde. El ministro admitió entonces que se habría «una nueva línea de investigación», tras hallarse una furgoneta con detonadores y una cinta de audio con versículos del Corán. Pero incluso en ese momento Acebes seguía insistiendo en que ese hallazgo podría ser una «maniobra de intoxicación» como la que atribuyó a Otegi. El ministro trató de paliar la enorme contradicción entre su declaración de la mañana y la tarde. Afirmó que por la mañana no había descartado otras hipótesis, algo que no se corresponde con la realidad. Y justificó su error insistiendo en que el diseño del atentado era muy similar a otros intentados por ETA. «Sólo cambiaba la estación», dijo con un gesto que denotaba ya su desolación por lo ocurrido. Las dudas sobre la autoría de ETA habían surgido a primera hora de la mañana cuando todos los analistas de las fuerzas de seguridad explicaban que un ataque de estas características rompía todos sus esquemas. Nunca antes la banda terrorista había concebido ni llevado a la práctica un atentado múltiple tan complejo, tan bien preparado y en el que es necesaria la participación de tantos activistas. Una acción criminal en la que, sospechan las fuerzas de seguridad, pudieron tomar parte hasta media decena de miembros terroristas. «El Gobierno no tiene ninguna duda de que ETA está detrás. Es absolutamente intolerable cualquier tipo de intoxicación que vaya dirigido por parte de miserables a desviar el objetivo» ÁNGEL ACEBES Intervención por la mañana «Se ha abierto una línea de investigación -sobre la hipótesis del terrorismo islámico- y he dado órdenes de que no se descarte» Intervención por la tarde