JESÚS GALLEGO, VÍCTIMA
«Mientras ayudaba en el rescate de los heridos más graves no sentía que me doliera nada»
Con un tímpano perforado y una herida en la cabeza, Jesús Gallego puede considerarse un afortunado. Cuando el atentado le sorprendió en la estación de Santa Eugenia, no supo muy bien qué estaba sucediendo. A pesar de sus lesiones, estuvo colaborando en el rescate de los heridos más graves. «En ese momento, no sentía que me doliera nada», explica, hasta que fue trasladado al Hospital Doce de Octubre. Gallego conserva la suficiente lucidez para lanzar una advertencia: «Sean quienes hayan sido, me gustaría que les quedara bien claro que no así van a conseguir nada», afirma.
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