La «caravana de la muerte» planeó volar la Torre Picasso Los terroristas quisieron atacar a la familia real en Baqueira Chamartín fue el primer objetivo de las mochilas bomba Los etarras de Cuenca diseñaron un gran atentado en Madrid

En diciembre del año 1999 ETA ultimaba el que podría haber sido uno de sus atentados más sangrientos. El objetivo era conducir desde Francia dos furgonetas carga-das con 1.700 kilos de explosivos hasta Madrid. Una vez allí, se utilizarán para atentar contra la Torre Picasso. Un control rutinario realizado por la Guardia Civil en Zaragoza interceptó los dos furgones y detuvo a José María Novoa, mientras que otros dos lograron huir. La Familia Real volvió a estar en el punto de mira de la organización estas mismas navidades. Coincidiendo con la estancia en Baqueira Beret de la Infanta Cristina, su marido y sus tres hijos, los terroristas pretendían enterrar algunos artefactos explosivos en la nieve. El mal tiempo les impidió llevar a cabo su plan. Entre sus objetivos estaba también sembrar el caos en el enlace del príncipe Felipe y Letizia Ortiz haciendo explotar ocho bombas. Tras amenazar las vías españolas de transporte, especialmente trenes, autopistas y aeropuertos, ETA situó en el punto de mira la estación de Chamartín. Pretendía colocar una bomba en el tren que une San Sebastián con Madrid para hacerla detonar cuando llegase a la estación de la capital. Las fuerzas de seguridad impidieron el atentado, como también evitaron que explotase una segunda mochila que viajó el mismo día durante tres horas en el tren. Los etarras Gorka Vidal e Irkus Badillo conducían este mismo mes de marzo una segunda caravana de la muerte con la intención de cometer un gran atentado en Madrid en vísperas de las elecciones generales. Dos furgonetas, una a modo de lanzadera y otra cargada con media tonelada de cloratita y dinamita y treinta toneladas de Titadyne, fueron intercep-tadas en Cuenca. El coche bomba estaba preparado y sólo restaba activar el temporizador.