«En más de quince años trabajando en el servicio de urgencias nunca vi nada parecido»

En más de quince años trabajando en el servicio de urgencias, Carmelo nunca había visto «nada parecido», según cuenta. Agotado tras la trágica jornada vivida ayer, afirma haber vi­vido «muchos atentados, pero ninguno así. Lo peor era ver brazos, piernas y cabezas mutilados por el suelo, en me­dio de un caos que hacía difícil saber quienes eran los heridos más graves». Este profesional asegura que el pánico aumentó las dificultades de actuación: «después de que estalla­ra la bomba, la gente salió corriendo, y dejó las mochilas y los bolsos tirados por el suelo.»