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| Reportaje | Los atentados, en el recuerdo |

Marcada por la masacre

Apenas horas después de que varios trenes saltaran por los aires en Madrid, la incertidumbre se proyecta sobre los resultados y el futuro del panorama político español

Los atentados ocurridos en Madrid marcarán la jornada electoral

Publicado por
León

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El impacto de la masacre terrorista marcará, de forma irremisible, la jornada electoral del 14-M. Apenas horas después de que varios trenes saltaran por los aires en Madrid con toda su carga mortífera, la incertidumbre se proyecta sobre los resultados y también sobre el futuro panorama política español. Nada resulta previsible ahora porque nada puede ser como era antes del 11-M. Los partidos políticos que concurren a estos comicios no tienen precedentes por los que guiarse para extraer conclusiones sobre el posible comportamiento del cuerpo electoral. Porque es una situación inédita para todos. Nunca antes en la historia los españoles se habían visto conmocionados por terremoto de tal magnitud horas antes de acudir a las urnas para elegir a sus representantes políticos. Los candidatos de todas las fuerzas políticas son los mismos que figuraban en las cabeceras de las listas electorales el día 10 de marzo y también lo son los líderes que se perfilaban como favoritos para ocupar el Gobierno o la oposición. También permanecen sus proyectos, lemas y promesas. Y, sin embargo, todo ha cambiado de repente. Las encuestas sobre intención de voto parecen tan lejanas, al igual que la frustrada campaña electoral, que merecen incluso menos credibilidad de la que tenían antes de los atentados. El desconcierto reina en los cuarteles generales de las grandes formaciones políticas desde que el asesinato masivo impuso el silencio electoral. «Se me han olvidado las elecciones hasta esta mañana», confesaba un candidato del PP en la jornada de reflexión. También este día previo a las votaciones, dedicado por los líderes a descansar y olvidar la campaña, resulta una jornada extraña. Los equipos asesores de los candidatos tienen serias dificultades para emitir un juicio sobre la situación y las previsiones para el domingo. Ni siquiera pueden saber si los votantes, cuando se presenten en su colegio electoral, conocerán o no quiénes fueron los autores de los atentados. La gran duda planea sobre los partidos políticos porque no pueden saber cómo influirá la conmoción provocada por la masacre en los electores a la hora de decidir el sentido de su voto. Y siquiera si influirá. Sin la existencia de precedentes resulta imposible tener una convicción en un sentido u otro. Se puede pensar que los españoles votarán tal y como tenían pensado hacerlo antes del fatídico 11-M, que la dramática realidad vivida en estos días ha venido a confirmar a cada uno en sus posiciones, adoptadas de antemano, y que cada cual adaptará la realidad a sus convicciones personales. Quienes creían que sólo el PP puede garantizar la seguridad e incluso que es el depositario de la receta para acabar con ETA, acudirán todavía más convencidos a depositar su voto a favor de Mariano Rajoy. No es descabellado pensar que muchos indecisos opten por el PP y Rajoy repita el resultado de Aznar en el 2000.

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