| Crónica | Sede del PP leonés |
Juan Morano: «No vamos a decaer un minuto, mañana estaremos trabajando»
El PP recibió con seriedad el revés electoral, felicitó «cariñosamente» al PSOE, reconoció que la democracia había funcionado «perfectamente», pero a las diez hubo desbandada
Los miembros del Partido Popular no lograron evitar anoche que en sus rostros se reflejara la desilusión y la derrota. Algunos, como Mario Amilivia, Ana Guada, Fernando de Arvizu o la recién incorporada al Ayuntamiento leonés, Cristina Gómez, abandonaron la sede provincial en busca «de aire fresco», justo cinco minutos antes de la confirmación oficial de la victoria socialista. Otros, como Isabel Carrasco y Juan Morano, se encerraron al filo de las diez y media de la noche en una habitación para reconocer a un alto cargo, vía móvil, que «ahora sí hay que reflexionar». Fue precisamente el candidato número uno al Congreso, el que en unas escuetas declaraciones aseguró que «no vamos a decaer ni un minuto y mañana estaremos trabajando como siempre, por los leoneses y los españoles». Morano lanzó una felicitación «efusiva y cariñosa» al PSOE, aunque explicó que carecía de los números telefónicos de los candidatos socialistas y, por eso, no les había felicitado personalmente. Remarcó, además, «que la democracia ha funcionado perfectamente bien y nos situaremos en la oposición, como así han querido los españoles». El PP leonés deja las valoraciones públicas sobre los resultados para la próxima semana. Sin embargo, en la noche electoral se escucharon muchas justificaciones. Varios concejales aseguraron disgustados que «estas han sido las elecciones de Bin Laden». Otros iban más allá y gritaban al 50% del escrutinio «¡llamad a Bus!, yo me voy a vivir a EE.UU., no es justo, el miércoles teníamos la mayoría absoluta y el atentado ha dado la vuelta al resultado». El cierre de las urnas, a las ocho de la tarde, ya había sido saludado por el PP con caras largas y gestos nerviosos. La posibilidad de que el PSOE se alzara con el Gobierno fue contrarrestada con pelotas anti-estrés de color verde, que la gerente del PP, Nieves Porto, repartía a cuantos entraban. Al principio, las bolas de goma no tuvieron gran acogida, pero con el calor de los datos fueron ganando adeptos. Las estrujaron Luis Aznar, Francisco Saurina, Amilivia y hasta el consejero Antonio Silván -el más sonriente de la sede-. Entre botellín de agua, cigarro y apretón al juego anti-estrés, Arvizu también lanzó un lamento. «¡Lo que es empezar perdiendo unas elecciones y acabar ganando...». El candidato al Senado suscribía esa valoración, «el cambio -decía mirando el oordenador cuando el PSOE superaba en 4.800 votos al PP en la provincia- se produce por el atentado». Curiosamente, la actividad en la sede popular se repartió en tres escenarios, el de los altos cargos, al fondo, con Morano, López Benito, Silván, Carrasco, Lasarte, Aznar y García-Prieto. En el ala contraria, Amilivia, Arvizu y Gómez, y en la sala anexa, la mayoría de los representantes del Ayuntamiento leonés. El presidente provincial confesó a las once de la noche, tras escuchar a Mariano Rajoy, que el PP leonés «seguirá trabajando bien y con entusiasmo». «Que nadie tenga la más mínima duda de que el PP seguirá trabajando por León y por España desde la oposición» JOSÉ MARÍA LÓPEZ BENITO Presidente provincial del PP «Estas son las elecciones del atentado. En la provincia el PSOE ha captado los votos de la UPL y de IU» MARIO AMILIVIA Senador electo del PP «Estoy disgustada a medias, porque la política no es mi vida, yo tengo mi profesión de farmacéutica y está claro que el atentado ha polarizado el voto» TRINIDAD GARCÍA No logró el escaño del Senado EL REGALO La noche fue tensa en la sede del PP. Caras largas, serias y muchas, llorosas. Para soportar el recuento de votos, se repartieron bolas de goma anti-estrés. Al parecer, apretándolas se libera adrenalina y se calman los ánimos. El único senador elegido del PP, Mario Amilivia, se evaporó de la sede al filo de las 22.25 horas, cuando faltaba poco para el 100% del escrutinio, pero la derrota ya era clara.