| Crónica | Una derrota inesperada |
Desolación en la calle Génova
Un grupo de seguidores del PP insultan a Zapatero y a los periodistas durante la concentración que celebraron debajo de la sede central de los conservadores en Madrid
![Un grupo de simpatizantes anima a Rajoy ante la sede del PP](https://imagenes.diariodeleon.es/files/image_large/uploads/2024/01/20/65ab902dacfbd.jpeg)
Un grupo de simpatizantes anima a Rajoy ante la sede del PP
El secretario general del Partido Popular, Mariano Rajoy acudió a Ferraz para reconocer la abultada derrota sufrida por su partido. Quizás pensase que lo peor es que su oponente, Zapatero, llegó y venció. El líder socialista recibió pasadas las diez de la noche una felicitación que quizás no se esperase, la de Rajoy. Pasadas las diez y media de la noche, Rajoy, tranquilo, pero con la desilusión reflejada en el rostro, subía al estrado del PP arropado por los principales dirigente de su partido, incluido el todavía presidente José María Aznar y el vicepresidente Rodrigo Rato, que le flanqueaban con rostros algo más sonrientes que el del candidato. Éste se mostró en plan institucional y ya anunció que él y sus diputados harán una oposición leal. Insultos a periodistas Este buen perder no fue imitado por algunos de los doscientos simpatizantes que al final de la noche se concentraron en la calle Génova, que comenzaron a insultar a algunos periodistas y a lanzar insultos contra los socialistas y, en particular, contra Zapatero. Porque la noche no comenzó con buen pie para los populares. Cuando se conocieron los primeros datos oficiales, con el 9%, las reacciones de las poca decenas de seguidores populares que se desplazaron hasta la sede popular no fue nada eufórica. El PSOE ya asomaba bastante por delante, ratificando algunos de los sondeos realizado por los medios de comunicación. En la misma línea de cautela se expresó el director de campaña electoral del PP, Gabriel Elorriaga, quien en su primera intervención pública se limitó celebrar el elevado índice de participación y la normalidad en la jornada. El ambiente era bastante frío, tanto en la sede como en la calle. Resultaba difícil ver una sonrisa entre los populares. Eso sí, alcanzado la mitad del escrutinio, se produjo un empujón de alegría al observar como el Partido Popular daba un salto importante en el número de diputados y restaba nueve de golpe en la diferencia con los socialistas. Entonces, la treintena de simpatizantes que aguantaban el frío en la calle comenzaron a exponer su retahíla de cantos de animación, como «el Partido Popular es honrado y ganará». Pero a partir de aquel momento el goteo de datos que llegaba desde el Ministerio del Interior no hizo más que confirmar la derrota.