El PSOE arrasa en Cataluña y gana en Aragón, Andalucía y el País Vasco

Noche de sorpresas y so­bresaltos. Desde los primeros escrutinios, la ventaja del PSOE era una constante en casi todas las comunidades autónomas. Con algo más del 80% de los votos escrutados, el Partido Popular sólo conseguía supe­rar a los socialistas en Galicia -donde perdió cuatro escaños y el PSOE casi logró doblar su representación respecto al 2000-, Madrid, Cantabria, Castilla y León, Murcia, Cas­tilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, aunque en todas ellas perdía escaños respecto a las elecciones del 2000. En Castilla y León, tradicional feudo popular donde Aznar comenzó su carrera, el PP per­dió tres diputados que fueron a parar al bolsillo de Zapatero, sin dejar espacio para un tercer partido. En Castilla-La Mancha, reino del barón socialista Bono, el Partido Popular consiguió a duras penas mantener los resultados de hace cuatro años, pero perdió un banco en el Congreso, que también se embolsó el PSOE. No hubo cambios en Cantabria, y en la Comunidad Valenciana, pese a la victoria del Partido Popular, los so­cialistas consiguieron rascarle dos escaños. El empate técnico se registró en Asturias, Navarra, La Rioja, Extremadura y Baleares, aun­que en todas estas comunida­des el Partido Popular también sufrió el varapalo socialista. Las sorpresas de la jornada, escenificada en la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero, se vivió en Navarra, donde la coalición Nafarroa-Bai logró un escaño, y en Andalucía, co­munidad en la que Izquierda Unida perdió los tres diputa­dos conseguidos en el 2000. Además, el Partido Andalucista cedió su representación en la Cámara Baja. Zapatero arrasó en Cataluña y Andalucía. En Cataluña, el Partido Popular perdió la mitad de sus re­presentantes respecto a hace cuatro años, y el PSOE elevó en cuatro su presencia en el Congreso. La izquierda catalana La sorpresa catalana fue el incremento en siete es­caños registrado por Esquerra Republicana. CiU fue otro de los perjudicados y pasó, con algo más del 87% de los votos escrutados, de 15 a 10 diputados. En total, la izquierda catalana se llevó 31 de los 47 diputados a elegir. En el caso andaluz, el PSOE disparó su distancia con el PP y le robó cinco escaños. Treinta y ocho a veintitrés era el resultado con el 87,58% de los votos escrutados.