La operación busca proteger grandes concentraciones humanas, transportes, infraestructuras y telecomunicaciones
Zapatero pone en marcha con el PP un plan de seguridad que implica al Ejército
El futuro presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pactó ayer con el Gobierno en funciones un ambicioso plan de protección antiterrorista. El todavía ministro del Interior Ángel Acebes y Alfredo Pérez Rubalcaba, el habitual interlocutor del Partido Socialista con el Gobierno para asuntos relacionados con la lucha antiterrorista, pusieron en marcha ayer -seis días después de la matanza del 11-M- un denominado Plan de Alerta Antiterrorista (PAA) que incluye un despliegue de las fuerzas de Seguridad sin precedentes en la historia moderna de España. El operativo, según desveló ayer el todavía titular de Interior, Ángel Acebes, llevará aparejada también la movilización de las Fuerzas Armadas para el apoyo en tareas de protección de «instalaciones sensibles» para la seguridad nacional, así el como control de fronteras, espacio aéreo y aguas territoriales españolas. Hacía más de 20 años que el Ejército no asumía labores de seguridad pública. Fue a finales de la década de los setenta cuando el entonces Mando Único de la Lucha Antiterrorista destinó a centenares de soldados a la vigilancia de la demarcación pirenaica a la búsqueda de comandos etarras. La Comisión Delegada del Gobierno para Situaciones de Crisis -el gabinete para grandes emergencias creado en 1986 y del que forman parte los ministros de Asuntos Exteriores, Defensa, Economía, Hacienda e Interior- decidió ayer reforzar los operativos de seguridad ya existentes para hacer frente a lo que Acebes denominó «permanencia del riesgo terrorista». El ensayo, ayer mismo Un «plan de medidas adicionales» que incluye como primer vértice el refuerzo de la protección en «lugares de afluencia masiva de personas», tales como estaciones de trenes y autobuses, aeropuertos, acontecimientos deportivos, conciertos y otras actividades lúdicas multitudinarias como cines o teatros. Este plan tuvo su ensayo general ayer mismo por la tarde en el Estadio Olímpico de Montjuich de Barcelona durante la final de la Copa del Rey que disputaron el Real Madrid y el Real Zaragoza, acto al que asistieron 55.000 personas, incluido don Juan Carlos. Otros de los pilares del nuevo plan -muy similar a los puestos ya en marcha en otros países de la Unión Europea tras los atentados terroristas de Madrid y al operativo desplegado en España después del 11-S- es la seguridad de los «objetivos de interés estratégico», un esfuerzo en el que las Fuerzas Armadas tendrán un «papel relevante» pero «complementario» al de los diferentes cuerpos policiales, tal y como establece el propio protocolo acordado ayer, que también da protagonismo a las policías autonómicas (Ertzaintza y Mossos d'Esquadra, que ya han sido informados) y policías locales. Reaccionar, lo primero En este segundo eje se incluirán «todo tipo de controles» para la «protección de servicios básicos». La seguridad -señaló Acebes- irá «en función del daño que se pueda causar» y los objetivos a proteger serán transportes, infraestructuras, telecomunicaciones y centrales de energía tales como refinerías, gasolineras y plantas nucleares, eléctricas, eólicas y solares. «Medidas de reacción», sobre todo equipos de los servicios de Información de las fuerzas de Seguridad y de Inteligencia del Ejército (CNI), completarán el plan. Un plan, desveló Acebes, que se empezará a poner en marcha de «manera rápida». Acebes, que matizó que este programa no se ha podido poner en marcha antes por su complejidad, explicó que el dispositivo será presentado y analizado en la reunión de los responsables de Justicia e Interior de los Quince que tendrá lugar el próximo viernes en Bruselas y en la que los atentados del 11-M serán el centro de las conversaciones. El titular de Interior defendió la necesidad de la cooperación internacional para hacer frente a atentados como los de los cercanías de Madrid. Según Acebes, cualquier medida de seguridad «interior» debe completarse de manera «absolutamente imprescindible» con otras medidas en el plano «internacional». «Nos encontramos ante la mayor amenaza a la democracia, la convivencia y la libertad que existe en este momento por lo que hay que adoptar nuevas medidas de prevención, investigación e información». «La cooperación internacional es cada vez más necesaria e importante».