Su padre, el pastor de la Iglesia Evangelica de León, se enteró de la noticia en Los Ángeles
David es muy conocido en León, porque su padre, Manuel Corral, es el pastor de la Iglesia Evangélica de la provincia. Precisamente, la noticia del atentado sorprendió al pastor y a su esposa en Los Ángeles (EE.UU.), ciudad a la que se habían desplazado para visitar a una de sus hijas. La primera llamada que recibieron sobre la situación de David estuvo disfrazada. Sólo les dijeron que se había producido un grave accidente, pero que su hijo había resultado ileso. Horas después, les desvelaron que David sí había sido una de las víctimas de la catástrofe, aunque su evolución era favorable. De hecho, este leonés recibió el alta hospitalaria en un día, tras ser examinado por los equipos médicos. Ayer, como todos los días, Daniel se ha subido a un tren de cercanías, lugar donde cada mañana se dan cita vidas, miradas cansadas y cruzadas, urgencias cotidianas y sueños. Pero algo ha cambiado en ese trayecto. «Antes la gente iba dormida, ahora impresiona ver cómo va el vagón en completo silencio», comenta. «Pero, sin duda, lo que más estremece», añade, «es la parada en el Pozo del tío Raimundo; ahí sí que te das cuenta de que falta media estación». La otra víctima del cruel atentado de Madrid vinculada a la provincia es María Alonso. Ella ha permanecido varios días en el hospital Doce de Octubre y tuvo un momento de confusión tras ser rescatada del tren en el que viajaba a su trabajo de restauradora, en el museo de la facultad de Farmacia. Pegados al televisor Su padre, Roberto Alonso, procede de San Miguel del Camino y su madre, Esther Lobato, de Benavides de Órbigo. Su tía Ana María Fierro vivió también muy de cerca la tragedia, porque está muy unida a la joven. «No he podido hacer nada reconocía el pasado viernes, incluso tuve que ir al ambulatoriopara que me dieran un calmante. He estado pegada a la televisión y hasta que no nos mandaron un mensaje en el móvil, estuve muy nerviosa, porque mi hija me dijo que en esos trenes viajaban los primos». Las líneas telefónicas estuvieron colapsadas esa mañana y tuvieron en vilo a muchos ciudadanos con conocidos y familiares que se desplazaban en esos transportes.