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A los tres marroquíes se les acusa de 190 asesinatos y a los hindúes de colaboración

Ingresan en Soto del Real los cinco primeros detenidos por los atentados

Permanecerán cinco días incomunicados en la cárcel para evitar interferencias en sus testimonios

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Paloma Abejón - redacción | madrid
León

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El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ordenó ayer el ingreso en prisión de los tres marroquíes y los dos indios arrestados en Madrid en relación con los atentados del 11-M. Tras más de siete horas de interrogatorio, y a pesar de que los cinco inculpados han negado en todo momento su pertenencia a Al Qaida y cualquier relación con los atentados, Del Olmo decretó su ingreso en Soto del Real, donde seguirán incomunicados cinco días más para evitar que puedan ponerse de acuerdo sobre sus testimonios futuros. Los tres marroquíes -Jamal Zougam, su hermanastro Mohamed Chaoui y su empleado Mohamed Bakali- están acusados de ser los autores de los 190 asesinatos confirmados hasta ahora y de 1.400 homicidios frustrados correspondientes al número de heridos. Los tres tendrán también que hacer frente a un delito de pertenencia a banda terrorista cada uno, cuatro delitos de estragos (tantos como trenes explosionaron) y uno más de robo por la furgoneta. Colaboración Los dos indios también encarcelados, Vinay Kohly y Suresh Kumar, han sido acusados de un delito de colaboración terrorista y de falsificación en documento mercantil en concurso con defraudación. Son quienes supuestamente manipularon las tarjetas de prepago de los teléfonos móviles hallados en las mochilas que contenían las bombas. El principal sospechoso y supuesto autor material de los atentados, Jamal Zougam, admitió conocer al hispano sirio Imad Edim Barakat Yarkas, Abu Dahdah , jefe de la célula española de Al Qaida, detenido en noviembre del 2001 en la operación Dátil, aunque aseguró haber perdido el contacto con él tras su ingreso en prisión. Se sabe que insistió en todo momento en negar cualquier relación con los atentados y que, igual que su hermanastro y su empleado, sostuvo durante todo el interrogatorio que estaba durmiendo cuando se produjeron las explosiones. El principal implicado como posible autor material de la matanza de Madrid, Jamal Zougam, permaneció las siete horas durante las que fue interrogado sin levantar la vista del suelo. El tangerino respondió durante horas a las preguntas del juez, pero se venció al final del interrogatorio y acabó llorando ante Del Olmo, el fiscal y su abogado de oficio, las únicas personas presentes en la sala. Su hermanastro confirmó que dormía junto a él cuando explotaron las bombas, pero no dudó en alejarse de la religiosidad radical de Zougam al ser preguntado y apuntó «diferencias» entre ambos. El tetuanés Bakali, trabajador de Zougam en el locutorio, fue el que más empeño puso a la hora de desvincularse de los atentados. Según fuentes cercanas a la Audiencia, llegó a defender a gritos en el juzgado su inocencia.