Zapatero rechaza informar por escrito a Aznar de su posición respecto a Irak

José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero terminaron ayer su relación política con polémica. Durante la reunión que ambos celebraron ayer en La Moncloa, la primera desde feberro del 2003, el presidente del Gobierno en funciones reclamó conocer en detalle y por escrito la posición de su suce-sor sobre las tropas españolas destacadas en Irak antes de que se produzca el traslado de poderes. Aunque en un primer momento desde el Gobierno se informó que Zapatero se comprometió a atender esta petición a la mayor brevedad, fuentes socialistas lo negaron por la tarde. Desde el PSOE se aseguró que Zapatero no atenderá ningún requerimiento por escrito sobre el relevo de tropas. El interés de Aznar por conocer la postura definitiva de Zapatero está relacionado con el inminente relevo del contingente destinado en Irak, que se producirá el 21 de abril. Los 1.300 soldados españoles llevan cuatro meses en la zona y serán sustituidos por tropas de refresco. Dado que en esas fechas se estará en pleno interregno político, Aznar quiere asegurarse de que al menos ese relevo cuenta con la aprobación de Zapatero. Pero según el PSOE, «corresponde al Gobierno en funciones adoptar las medidas que procedan» en el caso del relevo de tropas, puesto que ya están incluidas en las previsiones contenidas en la Ley del Gobierno, que le encomienda «el despacho ordinario de los asuntos públicos» y cualesquiera otras medidas «en caso de urgencia o por razones de interés general». Tras conocer esta reacción, desde La Moncloa se insistió en que Rodríguez Zapatero se comprometió en un principio a enviar un informe por escrito al Gobierno en funciones. Postura en Europa Durante hora y media de reunión, los dos líderes debatieron tambiénla posición que mantendrá España en el Consejo Europeo de Bruselas, que comenzó unas horas después de la entrevista y en la que Aznar mantendrá un perfil bajo, sin pretender imponer sus tesis, dadas las discrepancias con los planes de Zapatero. Aunque ninguno de los dos hizo declaraciones al término de la reunión, fuentes del Gobierno indicaron que Aznar no «predeterminará» en Bruselas la posición que el futuro Gobierno español mantendrá respecto a la Constitución Europea pero tampoco variará su posición. Hasta ahora, Aznar se ha mos-trado partidario de defender el sistema de voto ponderado vigente desde el 2000, cuando se firmó el Tratado de Niza. Zapatero se ha mostado partidario de que la nueva Constitución Europea se apruebe a la mayor brevedad, a ser posible antes de que concluya la presidencia irlandesa de la Unión Europea, el próximo 30 de junio. Ello supondría aceptar el nuevo sistema de «doble mayoría» que impulsan Francia y Alemania, que perjudica el baremo de poder que ha disfrutado hasta ahora España, a cambio de contrapartidas que deberán ser negociadas entre los miembros.