Powell estuvo a punto de anular su reunión con Zapatero por el retraso
La espera de veinte minutos que tuvo que soportar el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, antes de en de los Estados Unidos, observan las citadas fuentes. La impresión que se ha llevado Powell de su primer contacto con el futuro primer ministro español no es precisamente favorable, y la sintonía personal es un factor determinante para crear un clima de confianza entre ambas administraciones en un momento que se presume cargado de malos presagios. Fuentes diplomáticas españolas, por su parte, recuerdan que Estados Unidos podría utilizar sus resortes de poder para presionar al futuro Ejecutivo español si la retirada de los efectivos en Irak perjudica gravemente sus intereses. Se recuerda al respecto el papel que jugó la Administración Bush en la crisis de Perejil entre España y Marruecos, durante la última legislatura, o la colaboración que han prestado los servicios secretos de Estados Unidos al Gobierno Aznar en la lucha contra ETA. Los meses siguientes a la llegada de Felipe González al poder en 1982, recuerda un ex-alto cargo de Exteriores de aquella etapa, también se caracterizaron por los recelos entre Estados Unidos y España. El nombramiento como ministro de Exteriores de Fernando Morán, un diplomático muy combativo contra la Alianza Atlántica confirmó los temores de Washington, pero los norteamericanos no se quedaron quietos y fomentaron el deterioro de la imagen del ministro de Felipe González utilizando a periodistas y medios de comunicación proclives a las tesis atlantistas. Cuando, años más tarde, Felipe González decidió convocar el referéndum para la permanencia de España en la organización Atlántica, EE.UU. también utilizó sus «terminales» más influyentes en nuestro país para apoyar el «sí a la Otan», recuerda un dirigente del PSOE que tuvo responsabilidades en la bronca campaña que impulsó el presidente del Gobierno socialista.