Botella duda que los votos socialistas sean un «sólido activo» para el PSOE
Ana Botella, esposa del presidente del Gobierno en funciones, asegura que la noche electoral, tras regresar «a casa» desde la sede del PP, «más que nunca pensaba que la decisión que se tomó respecto a Irak fue la acertada». Botella dice no sentir «odio político» tras los atentados del 11-M y los acontecimientos que se sucedieron en España horas después, y puntualiza que los 9,7 millones de votos populares son «un sólido activo» para su partido. «No sé si puedo decir lo mismo del resto de los votantes», espeta. En el 'capítulo cero' de su libro Mis ocho años en La Moncloa , editado por Plaza y Janés y recogido por Europa Press, Botella incluye sus vivencias y reflexiones como concejala de Asuntos sociales y mujer del jefe del Ejecutivo sobre el 11-M. «¿Qué más pueden pedir los terroristas que ser capaces de intervenir en las políticas de los países democráticos a través de atentados?. Si lo aceptamos, estamos muertos --aduce--. Si los terroristas piensan que son capaces de intervenir en las elecciones inglesas y que ese país va a tomar la decisión de no hacer nada contra ellos, servimos su influencia en bandeja de plata: ya tienen fecha para poner las bombas en todos los países democráticos y cambiar sus gobiernos y sus políticas». En primer lugar, afirma que lo que más le «importa de todo esto» es la muerte de casi 200 personas, a lo que se ha unido «un intento político de vilipendiar la honorabilidad del Gobierno» y de su «marido». «Esas cosas también duelen, pero no pueden compararse», matiza. Botella narra con detalle como fueron las horas que prosiguieron a las explosiones en los trenes de Madrid. «Cuando el teléfono negro del Ministerio de Interior que está en la habitación suena entre las siete y media y las ocho de las mañana nunca ha fallado: ETA. El atentado de mi marido fue a esa misma hora. El sonido del teléfono a esa hora lo tengo asociado al terror y a ETA.