| Crónica | Cada mochuelo a su escaño |
Caras largas y palmadas en la espalda
Populares y socialistas asumieron sus nuevos papeles en la política española en una jornada en la que hubo dos ausencias destacables: José María Aznar y Felipe González
El último acto del 14-M se escenificó ayer en el Congreso. Las caras de los ministros, sentados por ultima vez en los bancos azules, reflejaban la desolación de los diputados populares. Casi la incredulidad. Trillo estaba tenso. Acebes intentaba distraerse leyendo informes. Rato dibujaba una sonrisa irónica. Rajoy asumía que le quedan al menos cuatro años para dar el pequeño salto de su anónimo escaño actual al inmediatamente inferior, el que ocupa el presidente del Gobierno cuando es de derechas. Y en los bancos de enfrente había risa floja y esa emoción, no exenta de nerviosismo, de quien estrena cargo tras un ascenso. Pero, por encima de todo, el cambio estaba representado en dos ausencias. Felipe González y José María Aznar no estarán más en el Congreso. A Zapatero, que a día de hoy es sólo diputado, lo recibieron con apalusos. Y fue felicitado, incluso por miembros del PP como Rodrigo Rato, que probablemente también abandone pronto el Congreso. La presidencia de la Mesa de Edad estuvo reñida. Dos diputados del PP nacidos el mismo día, 1 de febrero de 1935, se la disputaban. Finalmente, Feliciano Blázquez se impuso a Juan Carlos Guerra Zunzunegui tras cordial negociación. De entre los que estrenan escaño destacaba la elegancia del diputado de CiU Duran i Lleida, que dará mucho juego político en el nuevo Parlamento. Mauel Marín estuvo entre ocurrente y divertido, marcando distancias con Federico Trillo y, sobre todo, con Rudi, que mostró una mueca áspera ante las veladas alusiones negativas del nuevo presidente a su trabajo. Alfonso Guerra, que lleva más años en esta casa que los leones de la entrada, no quiso pasar inadvertido y asguró que esta será la legislatura de la «liberación». Y, barriendo para casa, confió en que se recupere la «calidez y brillantez» de la etapa constituyente. Él es ahora el único superviviente en el hemiciclo de aquella época. Minuto de silencio En el Senado, la sesión estuvo más tranquila. A sugerencia del nuevo presidente del Senado, el socialista Javier Rojo, los senadores de la VIII legislatura guardaron un minuto de silencio durante la sesión constitutiva de la Cámara, en memoria de las víctimas de los atentados terroristas del 11 de marzo. Nada más subir a la tribuna para pronunciar el discurso con el que se cerrará la sesión, Rojo pidió a los 251 miembros de la Cámara Alta que guardaran un minuto de silencio por las víctimas del 11-M «como homenaje e inicio de una nueva etapa». Todos los senadores, puestos en pie, atendieron su indicación, y al terminar el minuto de silencio, aplaudieron.