De Leganés a Nayaf
DE LEGANÉS a Nayaf en Irak, España no abandona la cabecera de los telediarios. En Leganés, el feudo del general y marqués del mismo nombre, que combatió en Italia y Flandes, los terroristas islamistas han consumado la autoinmolación. Ya tenemos aquí a los kamikazes, a los suicidas. Aunque el suicidio está prohibido en las reglas del Islam, se acepta y enaltece si la causa es justa. Los fanáticos creen que esta de Madrid, la gran carnicería lo es. El orgullo de los terroristas les impedía entregarse. Querían morir matando en plena teología de la muerte. Es la violencia en si y por sí misma. A eso ellos le llaman «martirio» cuando no es otra cosa que nihilismo destructor, sin ningún fin aparente. Han querido demostrar ante los ojos del mundo islamista que son unos héroes, como los de Kenia, los del 11-S, los de Bali, los de Arabia Saudí, los de Atocha o Casablanca. El tunecino habrá imaginado que a su muerte bautizarán a milicias y grupos armados con su nombre y el gran jefe, Ben Laden, esté donde esté, habrá elevado una oración a su valor. Ya está en el «paraíso», en su «paraíso», cubierto con la sangre de los inocentes. Mientras tanto en Nayaz, zona española, una de las ciudades santas del chiísmo, lugar en el que permaneció el ayatolá Jomeini exiliado durante catorce años, la detención de un lugarteniente del radical Moqtaka Sadr ha provocado la rebelión de los fieles chiitas. Lo que faltaba. Tendrá que disiparse la niebla del grave incidente para conocer la verdad de los hechos. Lo que parece claro es que la detención por parte de las tropas de Estados Unidos de Al Yaqubi provocó la inmediata reacción de las masas chiitas. Es una zona inflamable. Los españoles aseguraron que ellos no habían sido, aunque controlen esa región, pero véte en esas circunstancias a explicar a los fanáticos enardecidos que no hemos sido nosotros sino que han sido ellos. Para ellos, todos son iguales, la coalición. ¿Quién abrió fuego primero? Parece que los hombre del violento Sadr hijo de un imam asesinado por Sadam Husein. O las fuerzas iraquíes, luego las españolas. Se ha roto en falso espejismo del sur con tiros sobre el «plácido» estanque del chiísmo.¿Del triángulo suní a un sangriento rectángulo chiita? Nayaf ya fue escenario de incidentes en los que se vieron involucrados militares españoles el pasado martes con una revuelta de desempleados que atacaron a los españoles.