Música para el encuentro de la Soledad y el Nazareno

La Soledad y el Nazareno protagonizaron un año más la procesión del Encuentro, a cargo de las cofradías de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, que aporta la imagen de la Virgen, y la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que aporta el Cristo de Luis Salvador Carmona. Imágenes del siglo XVII que salieron de sus respectivas capillas para encontrarse en la avenida de la Vía de la Plata, conmemorando el encuentro de Cristo con su madre. El Nazareno salió con la banda de cornetas y tambores de la cofradía, al igual que la Soledad, a la que también siguió la Banda Municipal de Música. Los cortejos ofrecieron un peculiar desfile, con inicio en dos puntos diferentes, casi extremos, para encontrarse y proceder a la invocación musical de las imágenes, que se presentaron respetos. Años anteriores, la cofradía del Nazareno, al carecer de banda, solía contratar a una de fuera, pero este año estrena grupo, al que hay que sumar una banda y experimentada, como la de las Angustias, y el buen hacer que demuestra todos los años en las procesiones la banda municipal. El encuentro fue el punto culmen del desfile, el que más gente congrega, bien por esperar a las imágenes en la Vía de la Plata o bien por haber visto la salida de alguna de ellas para luego dirigirse al lugar. Tras la invocación musical, de nuevo se separan los cortejos, cada uno sigue su camino por distinto lugar, y se esperan unos metros más abajo en la misma avenida, frente a la plaza de Briva Miravent, a modo de despedida de las imágenes, ya que, hasta hace dos años, ambos pasos se convertían en un solo desfile tras juntarse en la plaza de las tierras bañezanas y se despedían, en la plaza Mayor. Motivos de coordinación llevaron a las cofradías organizadoras a rediseñar un nuevo recorrido para ambas tallas. La Banda Municipal de Música se unió al paso del Nazareno para seguir con él hasta la capilla.