Diario de León

Según la investigación, Serhan «el Tunecino» organizó los atentados del 11-M sin ayuda exterior

Los terroristas grabaron un vídeo con más amenazas antes de morir

«Os mataremos en cualquier lugar y en cualquier momento», advierten si España no deja Irak en 7 días

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C. Calvar - madrid
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La Policía ha encontrado una cinta de vídeo en el piso en el que se suicidó parte del comando del 11-M en la que aparecen tres personas con atuendos árabes y fuertemente armadas leyendo un comunicado que grabaron los mismos terroristas antes de morir, informó ayer el Ministerio del Interior. En este comunicado, que ya ha sido traducido al castellano, los terroristas, que dicen hablar en nombre de las Brigadas Al Mufti y Ansar Al Qaida, dan a España una semana de plazo para retirar sus tropas de Irak y Afganistán. En este sentido anuncian que «las brigadas que se encuentran en Al-Andalus» han tomado «la resolución de seguir la senda de la Yihad y la resistencia» para que «salgan sus tropas de la tierra de los musulmanes de manera inmediata». «Si no lo hacéis en el plazo de un semana a partir de la fecha de hoy», que sería el mismo día de la explosión del piso en Leganés, el pasado sábado 3 de abril, «continuaremos nuestra Yihad hasta el martirio en la tierra de Tarek Ben Ziyad» anuncian los terroristas. «No disfrutaréis de seguridad y sabed que Bush y su administración no traerán más que destrucción», añade el comunicado, que también destaca que «os mataremos en cualquier lugar y en cualquier momento». Los suicidas dedican además parte de su alocución «a todos los que han sufrido injusticia o agresión bajo la acusación de participar en las operaciones del 11 de marzo». La trama Serhane Ben Fakhet, Serhan el Tunecino , jefe de la célula integrista autora del 11-M y uno de los terroristas que se inmolaron el sábado en Leganés al verse acorralados por la policía, organizó la matanza de Madrid sin contar con ayuda del exterior. Según fuentes de la investigación, El tunecino solicitó a Al Qaida, a través de su dirigente en Europa Amer Azizi, que enviase a Madrid un comando formado por ex combatientes marroquíes en Afganistán para cometer un gran atentado. Azizi le contestó que respaldaba el plan, pero ante las dificultades para trasladar a veteranos tras el 11-S debía ingeniárselas para reclutar a los ejecutores entre islamistas radicales ya residentes en España. No fue, ni mucho menos, un plan improvisado. Según las mismas fuentes, las declaraciones prestadas por varios de los detenidos ante el juez Juan del Olmo detallan que en marzo de 2003, cuando España destacó a escala mundial por el respaldo del Gobierno a la guerra de Irak, a Serhane Ben Fakhet «le entró la obsesión de atentar en suelo español». Para ello contactó con Amer Azizi, también conocido como Otman Al Andalusi , un responsable de Al Qaida que recibió entrenamiento militar en Afganistán y que vivió en Madrid hasta noviembre de 2001. Según un auto de Baltasar Garzón, en el que el juez le procesa junto a otros 34 integristas -entre ellos Osama Bin Laden-, durante su estancia en España Azizi asistió a clases en la mezquita de la M-30; más tarde radicalizó sus posturas y se convirtió en «encargado de todo lo relacionado con el reclutamiento de marroquíes en Madrid para la acción terrorista de Al Qaida» a escala mundial. El Tunecino recurrió a él en 2003 para que le enviase miembros experimentados del Grupo Islámico de Combatientes Marroquíes (GICM) -constituido en Afganistán por fundamentalistas alauitas y al que atribuyen la autoría de los atentados de Casablanca-, pero Azizi le contestó que, como consecuencia del 11-S, el traslado a España de esos veteranos era muy peligroso por los estrictos controles de seguridad y porque la mayoría estaban fichados por los servicios secretos occidentales. También le dijo que muchos de sus mejores hombres estaban presos en la base estadounidense de Guantánamo (Cuba), así que tendría que ingeniárselas él solo para reclutar la «mano de obra». Le insistió en que Al Qaida respaldaba por completo la operación y le recomendó que buscase a sus ejecutores entre los marroquíes de ideas fundamentalistas que ya vivían en España. Eso sí, le puso en contacto con una persona de su confianza, Jamal Zougam, uno de los presuntos terroristas que colocaron las mochilas en los trenes atacados. Los equipos que rastrean la Comunidad de Madrid en busca de un tercer piso-franco de la célula que perpetró la masacre del 11-M, así como de algunos de sus integrantes que han logrado burlar el acoso policial, sí han logrado en las últimas horas nuevos avances, aunque su trascendencia también de desconoce por ahora. Las fuerzas de Seguridad detuvieron el pasado martes y ayer en Madrid a otras dos sospechosos a los que se les supone relacionados con este caso. El primero de los arrestados es un ciudadano marroquí, cuya identidad se desconoce, y que trabajaba en la localidad toledana de Illescas. Fuentes de la investigación apuntaron que esta persona no habría participado de forma directa en la ejecución de la matanza, pero podría haber colaborado con sus autores. El otro arrestado es, precisamente, Fouad el Morabit, ingeniero electrónico que con esta suma ya tres detenciones. En la segunda de ellas quedó en libertad con la condición de presentarse en la comisaria a diario. Al parecer el testimonio del primer arrestado ha aportado nuevas pruebas contra él.

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