...Al tercer día, resucitó

La Hermandad de Jesús Divino Obrero asentada en el populoso barrio de El Ejido tiene el privilegio de cerrar los cortejos procesionales de la Semana Santa leonesa con la realización de la procesión del Encuentro que se inicia a partir de las nueve menos cuarto de la mañana. La manifestación religiosa alcanza su punto más álgido durante el emotivo acto del Encuentro que se produce en la Plaza de la Catedral. Los pasos de la Soledad, que emboca en la plaza a través de la Calle San Pedro y del Resucitado que procede de la Calle Sierra Pambley, quedan afrontados delante del templo gótico catedralicio con el sonido de las bandas de fondo y los braceros bailando los grupos escultóricos al ritmo de las marchas interpretadas. Pero sin duda el momento más entrañable para los integrantes de la hermandad así como del público asistente se produce cuando se cambia el manto negro de la Virgen, que lleva en señal de luto por la indumentaria de color blanco, muestra palpable del acontecimiento de la Resurrección. Durante muchos años la misión de realizar el cambio de ropaje corrió a cargo de Alberto Sobrín. Toda la escena se acompaña con el repiqueteo de las campanas procedentes del templo insigne y los magníficos sones de las bandas. Como símbolo de libertad y cercanía del cielo se produce una suelta de palomas ante el clamor y el aplauso generalizado de los espectadores. A continuación se produce un Sermón que durante muchos años a corrido a cargo de Majín Mayo, con referencias bíblicas y aconteceres evangélicos del momento vivido. El origen de la ceremonia se remonta a finales de la década de los años cincuenta cuando el Padre Agustino Moisés María Campelo hablaba en distintos puntos o posas predeterminadas durante la procesión de La Soledad celebrada el Sábado Santo por la noche, germen del posterior Encuentro del Domingo de Resurrección. El himno Nacional y el himno de la Alegría son dos interpretaciones que nunca faltan durante el acontecimiento. Una vez finalizado el acto se produce un pequeño descanso. A continuación se reanuda la procesión con la particularidad que todos los hermanos de Jesús Divino Obrero van a cara descubierta. Es el único momento del acontecer pasional, junto con el Viernes de Dolores, que éste hecho tiene lugar. Durante la segunda parte del recorrido, la sección de tambores intercala diversos redobles con vistosos toques percusivos de las baquetas entre sí. El tiempo de Pasión finaliza y deja paso a la Gloria. El Ayuntamiento de León declaró de Interés Turístico Local el Encuentro Dominical en 1989. Se celebra el nacimiento de la cofradía el 19 de marzo de 1955, coincidiendo con la festividad de San Jose, a pesar de que la orden se erige canónicamente el 2 de abril del mismo año firmando sus Estatutos el Obispo Luis Almarcha. La iniciativa de la fundación surge de Restituto Ruano Díaz, de profesión guardia municipal motorizado y presidente del Club Deportivo Santa Marina. Salieron a la calle por primera vez en la procesión del Pregón del Lunes Santo de 1955. Intentaron organizar su propio cortejo el Jueves Santo, con la escultura de La Flagelación que pertenece a la iglesia de Santa Marina, que actualmente desfila con la cofradía del Desenclavo, pero a consecuencia del mal tiempo no se pudo efectuar la salida de la iglesia de San Juan y San Pedro de Renueva, primera sede de la cofradía antes de pasar a la actual. Por fin pudieron organizar su primera procesión el Sábado Santo de 1956, saliendo de su preliminar templo, pujando la imagen de La Soledad, cedida por la Cofradía de Nª Sª de las Angustias y Soledad. El patrimonio de la hermandad está configurado por el paso de Las Tres Marías, que consta de las imágenes de la Virgen María tallada en 1957, María Magdalena y María Salomé esculpidas un año después. Todo el conjunto fue realizado por el escultor cántabro Víctor de los Ríos. El 1959 el mismo imaginero realiza el paso de la Resurrección, único en toda la iconografía leonesa. En 1984 el venezolano afincado en España Gonzalo Sánchez Mendizabal realiza el conjunto conocido como Hacia el Padre. Las tallas se han ido modificando con el paso de los años a consecuencia de la mala aceptación que han tenido en distintos sectores de la hermandad. Presuntamente el año que viene serán sustituidas definitivamente por unas esculturas realizada por un imaginero leonés. Las tendencias sevillanas también tienen cabida en la Orden de Jesús Divino Obrero a través de la gubia del escultor Jesús Iglesias realizando un San Juan en 1994. Por último citar la talla titular de Jesús Divino Obrero que representa a un joven muchacho con herramientas de carpintero. No se procesiona durante el período pasional solo aparece en la calle durante el Corpus y la festividad de la Cofradía. Aparece representado en el anagrama de la cofradía, tras la creación del modelo original a cargo del referido Víctor de los Ríos en 1955. Por último mencionar que la hermandad de Jesús Divino Obrero fue la primera en incorporar a la mujer en sus procesiones así como la primera en crear una banda de cornetas y tambores en 1959.