La Corporación cumple con la historia en un cortejo de siete horas
Durante siete horas los hermanos y hermanas de la cofradía de Angustias y Soledad representaron por las calles de la ciudad los últimos momentos de la vida de Cristo y su entierro en una de las procesiones más emblemáticas de la Semana Santa leonesa que contó con la colaboración de las bandas de música de las cofradías de Las Tres Caídas de Jesús en la Cruz y de Dulce Nombre de Jesús Nazareno acompañando a algunos de los pasos que le hermandad sacó a la calle en Viernes Santo. Un recorrido en el que se puso de manifiesto el esfuerzo de los braceros y braceras de Angustias para pujar durante la tarde y buena parte de la noche las imágenes. Tras partir de Santa Nonia, el cortejo hizo un descanso a la altura de la plaza Puerta Castillo donde se incorporó, tal y como es tradicional, la Corporación Municipal que, en forma de Ciudad y con la escolta de gala, partió minutos antes de las nueve de la noche del Ayuntamiento para acudir a la cita que se realiza desde 1693. A la altura de la Basílica de San Isidoro la autoridades participaron durante unos minutos de la puja del paso más característico de la cofradía de Angustias, la virgen de La Soledad que simboliza el pacto de 1830 entre Angustias y Minerva y por el que los años pares organiza la procesión del Entierro, Angustías y los impares Minerva y Veracruz. El esfuerzo realizado por todos los hermanos quedó patente en la media hora que, a la altura de la calle La Rúa, estuvo parado el cortejo. Algo propiciado por la distancia que existía entre unos pasos y otros.