Penitencia y solidaridad con las víctimas del 11-M
La Soledad, una Virgen de vestir del siglo XVII y cuyo autor se desconoce, procesionó ayer en La Bañeza a la espera de que la resurrección de Cristo llene de alegría la procesión de mañana, en la que los cofrades de las tres hermandades desfilarán a cara descubierta al haber terminado la penitencia. Hoy, la Misa de Gloria que pone fin a la Semana Santa en La Bañeza será un acto de solidaridad con las víctimas del 11-M. Los que no se cubrieron ayer fueron los miembros de la banda de cornetas y tambores de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, que organizó un cortejo con un solo paso, el de la Virgen. Los sonidos musicales se alternaron con los rezos en un recorrido poco habitual para la Semana Santa bañezana, al subir, por la calle de Santa Marina Alta, al barrio de El Polvorín en vez de ceñirse a los alrededores de las dos parroquias. El tener a gala ser desfile de barrio, sin que el calificativo se tome como menoscabo, supone que el paso no se puja, sino que se arrastra sobre ruedas, ante el cansancio acumulado y la enorme cuesta.