Caen tres nuevos sospechosos a partir del rastro de las llamadas de los suicidas

El intensivo rastreo de las decenas de tarjetas de móviles compradas por el terrorista Jamal Zougam en un bazar de Alcorcón para utilizarlas durante los atentados del 11-M comienza a dar sus frutos. Los servicios de Información de la Policía Nacional desataron el pasado fin de semana una macrorredada en diversos municipios del sur de la Comunidad de Madrid a la búsqueda de supuestos activistas o colaboradores de la célula islamista con los que habrían contactado por medio de móviles pinchados los islamistas cercados en Leganés poco antes de su suicidio. Hasta siete personas fueron detenidas durante las operaciones desarrolladas el viernes, sábado y domingo pasados, si bien cuatro de los sospechosos fueron puestos en libertad de inmediato al comprobar in situ que no guardaban relación con el grupo terroristas. Las detenciones más relevantes para la investigación tuvieron como escenario la ciudad dormitorio de Parla, colindante a Leganés. Allí, los agentes antiterroristas detuvieron el viernes a cinco personas, aunque sólo dos fueron conducidas a la sede de la Comisaría General de Información de Canillas, en Madrid, para su interrogatorio en profundidad. Se trata de los magrebíes Said Aharouch y Hassan Belhadj. Este último activista -según fuentes judiciales- podría tener relación con uno de los terroristas que se suicidaron el pasado 3 de abril en la explosión provocada en el número 40 de la calle de Carmen Martín Gaite, de Leganés. Los funcionarios investigan también si Belhadj mantuvo contactos con una de las personas que tramitó el alquiler de aquella vivienda. Veintinueve arrestados El tercer arresto de importancia tuvo lugar el domingo, cuando fue capturado Ibrahim Afalah, aunque no ha trascendido ni el lugar donde se produjo la captura de este sospechoso, ni datos sobre su relación con la trama terrorista del 11-M. Tras las tres detenciones del pasado fin de semana, se eleva a 29 el número de personas arrestadas en la investigación sobre los atentados y que han pasado a disposición judicial o que van a hacerlo en los próximos días (Aharouch, Belhadj y Afalah pasarán el próximo jueves por la Audiencia Nacional). De ellas, 18 ya han ingresado en prisión acusadas por el juez de la Audiencia Nacional Juan de Olmo de pertenencia o colaboración con la célula terrorista que dirigía el Serhane Ben Fakhet, El tunecino , fallecido en Leganés. El último activista en ser enviado a la cárcel fue el ingeniero electrónico marroquí de 28 años Fouad El Morabit Anghar. ç El juez Del Olmo ordenó ayer su ingreso en prisión sin posibilidad de fianza acusado de haber colaborado con el grupo terrorista. El Morabit, que fue capturado por última vez el pasado 7 de abril, ya había sido detenido en dos ocasiones anteriores en el marco de la investigación sobre el 11-M y puesto en libertad a continuación en ambas ocasiones. Sin embargo, ayer fue diferente. Las nuevas pruebas aportadas contra El Morabit por la Comisaría General de Información convencieron a la fiscal Olga Sánchez para pedir su encarcelamiento. Mandos de la investigación desvelaron que también el rastreo de las llamadas telefónicas del móvil del marroquí ha sido clave para imputarle en la causa, si bien la tarjeta de su aparato no pertenecía a la partida comprada por Zougam en el bazar de decomisos de Alcorcón que regentaban los dos ciudadanos indios detenidos 48 horas después de los ataques terroristas en Atocha, El Pozo y Santa Eugenia.