Tesón en la sombra

Eso de que la simbiosis acaba por hacer dos almas gemelas de una pareja debe ser verdad, por lo que pudo ayer verse entre los Romero. Traje al estilo cazador del tirol, con corbata faunística él; falda, blusa y zapatos con estampado de leopardo de arriba a abajo ella, no puede pedirse mejor puesta en escena para unos anfitriones que han alcanzado un sueño largamante acariciado. Besos cariñosos y alguna lágrima de complicidad para refrendar una realidad, una inauguración. El tesón de Toñi, la esposa del doctor Romero, por traer la colección de su marido a León -aprovechando su origen- pudo más que todas las ofertas para ubicar este museo en otras provincias. Ella, discreta, tuvo que abandonar ayer su segundo plano para recibir aplausos por su papel y las alabanzas tanto del presidente de la Diputación como del responsable de la Junta. García Prieto aseguró quererla por «ser la verdadera artífice del proyecto» y Juan Vicente Herrera recordó que la unión de un zamorano con una leonesa del Porma hicieron posible este museo. «Estoy ya para formar parte de la colección (faunística), no merece la pena que me saquéis más fotos, con estos pelos...». El responsable del ejecutivo autónomo no se sentía muy favorecido ante las cámaras, después del largo besamanos tras su llegada a Valdehuesa. Con su cabello rebelde y todo descubrió la placa conmemorativa de la mano del doctor Romero y sujetó el teloncito ante la emoción de su anfitrión. Ya en las salas, en una con muchos herbívoros con cuernos, exclamó: «Yo no tengo problemas con esto, como estoy soltero...»