Diario de León

| Crónica | La inesperada jornada del presidente |

Ofrenda en el altar de Atocha

Nada de jornada de trámite. José Luis Rodríguez Zapatero cumple una promesa hecha sin la presencia de las cámaras y visita por sorpresa Atocha y a los heridos del 11-M. «Volveré como presidente»

Zapatero observa en Atocha el mural con el listado de los fallecidos el 11-M

Zapatero observa en Atocha el mural con el listado de los fallecidos el 11-M

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Marta Suárez - madrid
León

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«Esto no es 'Solo ante el peligro'» JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO, Presidente del Gobierno Lo previsto era una jornada de trámite para que José Luis Rodríguez Zapatero jurara su cargo, tomara un primer contacto con el que será su lugar de trabajo y residencia en los próximos años, y comunicara formalmente al Rey los nombres de sus ministros. Pero el nuevo presidente del Gobierno no perdió mucho más tiempo del requerido en las formalidades y, tras tomar posesión del palacio de la Moncloa, se desplazó a los hospitales en los que aún convalecen los heridos del 11-M y a la estación de Atocha, donde rindió homenaje a las víctimas de aquella masacre entre espontáneas felicitaciones de los sorprendidos viajeros. Los problemas de seguridad que planteó la visita del jefe del Ejecutivo a la estación de cercanías de Madrid no frenaron el interés del líder socialista por cumplir la promesa que les hizo el mismo día de los atentados a los afectados, cuando acudió a los hospitales Gregorio Marañón, Doce de Octubre y Clínico en la capital. Visita sin cámaras en la que prometió ayudas y en la que asumió un compromiso: «Volveré como presidente». Esta vez regresó a los dos primeros centros, donde permanece ingresada la mayoría de los 41 heridos que aún no se ha recuperado, según el último parte médico de la Consejería de Sanidad de Madrid. En el Gregorio Marañón, hospital que atiende a algunos de los más graves, Rodríguez Zapatero visitó también a una mujer que el pasado martes fue agredida por su marido, pese a una orden de alejamiento, y saltó por la ventana para escapar del incendio que el hombre provocó en su casa del Puente de Vallecas, con ella y su hijo de seis años dentro. Una aparición inesperada Tras saludar y animar a los heridos, el líder del PSOE se acercó a la estación de Atocha en una visita no anunciada para rendir homenaje a los fallecidos en el más brutal atentado de la historia de España. A las 14.00 horas, en el vestíbulo de Cercanías que familiares y ciudadanos anónimos han convertido en un santuario para las víctimas, Rodríguez Zapatero depositó un ramo de rosas rojas con pequeños madroños -el árbol símbolo de Madrid- anudado con un lazo con la bandera de España. La inesperada aparición del jefe del Ejecutivo dejó atónitos a los usuarios, que recibieron el gesto con aplausos, apretones de manos y felicitaciones, mientras decenas de personas se arremolinaban a su alrededor. Acompañado por el gerente de Cercanías de Renfe de Madrid, Cecilio Gómez, Rodríguez Zapatero se detuvo ante el listado que en Atocha recuerda los nombres de todas las víctimas y ante las flores, velas, banderas y mensajes escritos y dibujados que evocan a los fallecidos. Día de gestos En un día cargado de gestos muy medidos, el presidente almorzó en La Moncloa con sus colaboradores más cercanos y a las 16.30 horas recibió su primera visita oficial. Esa deferencia se la reservó a José Blanco, secretario de Organización que capitaneará a partir de ahora el PSOE y artífice de la campaña electoral que aupó a Rodríguez Zapatero a la Presidencia del Gobierno. En la puerta de acceso al edificio de los Consejos de Ministros ambos intercambiaron sonrisas y posaron para los fotógrafos. Un encuentro simbólico que subraya el peso que Rodríguez Zapatero quiere que siga teniendo su partido y por el que Blanco trabajará en las próximas semanas. En el tiempo que pasó en Moncloa ayer sábado, Rodríguez Zapatero conoció los edificios que forman parte del complejo en el que trabajará. A las seis de la tarde, el jefe del Ejecutivo volvió al Palacio de la Zarzuela, en el que había jurado su cargo por la mañana, para mantener una audiencia privada con el Rey y comunicarle la composición de su Gobierno. Concluido el procedimiento oficial, y a falta de que sus ministros juren el cargo hoy mismo, Rodríguez Zapatero abre una nueva etapa con la intención de «representar con dignidad» a España, como anunció durante la campaña electoral.

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