Los Rodríguez Espinosa retrasan de momento su traslado a La Moncloa

«Con tranquilidad y discreción». Esa es la fórmula elegida por el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y su mujer Sonsoles Espinosa para trasladarse en los próximos días con sus dos hijas al Palacio de la Moncloa. Los nuevos inquilinos de la residencia del jefe de Gobierno no pasearon cogidos del brazo por los jardines del complejo como en 1996 hicieron José María Aznar y Ana Botella. Ni siquiera aparecieron juntos ante la prensa. Sonsoles marca distancias con su antecesora con una escrupulosa salvaguarda de su vida personal y, consciente de que mantener el «pseudoanonimato» de antes será difícil, intenta no dejarse ver más de lo estrictamente necesario. Rodríguez Zapatero tomó posesión de la vivienda solo y no fue hasta la tarde, tras una agitada jornada, cuando su mujer se acercó al Palacio de la Moncloa para conocer el lugar en el que va a vivir los próximos cuatro años y hacerse una idea la mudanza que se le viene encima. De momento, el matrimonio seguirá viviendo en su casa de Las Rozas. Esta misma semana, los Aznar Botella dejaron la residencia en la que han vivido los últimos ocho años y se instalaron en su casa de Pozuelo, en una acomodada urbanización de Madrid. La residencia oficial del presidente del Gobierno, aunque amplia, ha disgustado a la mayoría de sus inquilinos cuando la han conocido, lo que les ha obligado a realizar varias reformas para convertir las dos plantas en un lugar «habitable».