Diario de León

El jefe del Ejecutivo, que informó a los aliados y a Rajoy, convierte la retirada en la muestra de que gobernará con los españoles y de que luchará contra el terror desde la «legalidad»

Zapatero ordena el regreso de las tropas de Irak en su primera medida como presidente

Adelanta por sorpresa la vuelta porque la ONU no se hará

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Marta Suárez - madrid
León

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El presidente del Gobierno ordenó ayer la vuelta a casa «en el menor tiempo posible» de los 1.300 soldados enviados a Irak por Aznar. Quiso que fuera la primera muestra de que tendrá en cuenta la opinión de los españoles, que rechazaron mayoritariamente la guerra, y de que luchará contra el terrorismo dentro de los parámetros de la legalidad internacional. José Luis Rodríguez Zapatero justificó el adelanto de esta decisión porque, según dijo, no se cumplirán las condiciones que puso a los aliados para permitir la permanencia del contingente español en la zona, es decir, que la ONU no se hará cargo del país antes del 30 de junio. La primera decisión que Rodríguez Zapatero adoptó como presidente del Gobierno, apenas 24 horas después de jurar el cargo ante el Rey, fue dar de inmediato un giro total a la política exterior y lanzar un claro mensaje de autonomía con respecto a EE.?UU. A las seis y media de la tarde compareció en el Salón de Columnas del Palacio de La Moncloa acompañado por la vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega; por José Bono, ministro de Defensa; y por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante Antonio Moreno, para dar cuenta de la orden dada. Hace un año Rodríguez Zapatero aseguró que si era elegido presidente retiraría las tropas del suelo iraquí, y en la pasada campaña electoral dio un plazo para su regreso: antes del 30 de junio las Naciones Unidas se debían hacer cargo del país. Fecha que dejó de ser un referente tras el reciente debate de investidura, en el que adelantó a IU que las tropas podrían regresar antes de lo previsto. Decidido hace una semana Pero eran pocos los miembros del equipo del nuevo presidente que conocían el repentino adelanto decidido esta misma semana. En menos de una hora, la Moncloa convocó una comparecencia urgente del jefe del Ejecutivo, que en una breve declaración de dos folios explicó que el motivo que le llevó a tomar esta decisión fue que no habrá ninguna variación «sustancial» en la situación política y militar del país, ni en los plazos ni en el sentido exigido por el nuevo Gobierno. En ningún momento achacó su decisión al deterioro de la seguridad en Irak. Los ministros de Defensa y de Exteriores y Cooperación fueron los encargados de recabar información sobre lo que ocurriría en los próximos meses. A instancias de Rodríguez Zapatero, ambos mantuvieron contactos en el último mes con las autoridades de Estados Unidos y Reino Unido, entre otros países con intereses en la zona y con presencia en el Consejo de Seguridad. Cumplir la palabra El presidente recalcó su voluntad «de hacer honor a la palabra dada hace más de un año a los españoles» para argumentar la retirada de las tropas. Según dijo, «el Gobierno no quiere, no puede y no va a actuar en contra ni de espaldas a la voluntad de los españoles. Esta es su principal obligación y compromiso». Destacó que también tiene el propósito de luchar contra el terrorismo «desde el más estricto respeto a la legalidad internacional», que cree que la guerra de Irak vulneró. En este sentido recalcó que el Ejecutivo apoyará «firmemente» la estabilidad, la democratización, la integridad territorial y la reconstrucción de Irak y que para ello promoverá en la ONU y en la UE medidas para que los ciudadanos de ese país recuperen su soberanía y organicen con libertad su futuro «en paz, independencia y seguridad». En las últimas horas, Zapatero encargó a sus colaboradores que mantuvieran al tanto de su decisión al mando estadounidense así como a los gobiernos de los países aliados. No obstante, aprovechó su comparecencia por sorpresa para dejar constancia de que España, «como aliado fiel de sus socios», cumplirá con sus compromisos internacionales, en especial los relacionados con la participación en misiones de paz y seguridad. Todo claro Después de que Bono jurara el cargo de ministro de Defensa, Rodríguez Zapatero dio la orden de comunicar la noticia a los presidentes de las comunidades autónomas, anunció la convocatoria urgente del pleno del Congreso de los Diputados para informar a los grupos parlamentarios de los motivos y llamó personalmente al líder de la oposición, Mariano Rajoy. Aunque será el ministro de Defensa quien dé cuenta tras la reunión del Consejo del Ministros de hoydel alcance de la retirada, fuentes gubernamentales informaron de que el regreso de los miembros del Ejército será escalonado y de que implica la paralización del relevo de tropas previsto para los próximos 23 y 27 de abril. El contingente -seguraron- tardará el tiempo «que sea necesario» en regresar para no poner en peligro su seguridad. Reconocimiento al Ejército Sabedor de que su orden afecta a más de 1.300 soldados, el jefe del Ejecutivo expresó su reconocimiento a las Fuerzas Armadas que cumplen misiones en España y en el resto del mundo. «En Irak han dado muestras constantes de su preparación, profesionalidad y disciplina, así como de su humanidad y entrega en ayuda de la población civil iraquí. Vaya para ellos, y en nombre de todos los españoles, mi agradecimiento y afecto personal y el del Gobierno», dijo Con esta decisión, Rodríguez Zapatero convierte a España en el primer país de la coalición que se retira de una guerra a la que se sumó el Gobierno del PP y a la que se opuso desde el principio. Además, el nuevo presidente da un paso de gran calado para reorientar la política exterior, reafirmar la autonomía del Ejecutivo y el cumplimiento de su palabra en los compromisos adoptados.

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