Las tropas españolas se enteraron por la prensa de que el Gobierno había ordenado la retirada
El contingente está acantonado en su base sin realizar tareas humanitarias
La coalición tendrá que improvisar una solución para Nayaf en medio del cerco «¿En serio? No sabí
La Brigada Plus Ultra tiene bajo su zona de responsabilidad dos provincias iraquíes: Al Qadisiyah y An Nayaf. Esta segunda se ha convertido en un hervidero en las últimas semanas, tras la revuelta encabezada por Al Sadr. De hecho, a día de hoy, no es el contingente español ni las tropas latinoamericanas las que controlan las calles, sino el Ejército del Mahdi, la milicia rebelde. Estados Unidos se ha apostado en los alrededores de Nayaf para presionar al clérigo rebelde, y amenaza con asaltar la ciudad para capturar al clérigo. Las tropas españolas no participan en este operativo y se encuentran acantonadas en su base, haciendo las patrullas habituales pero sin llevar a cabo la labor humanitaria habitual porque las circunstancias no lo permiten. La retirada de las tropas por lo tanto, se llevará a cabo en medio de ese caos. Y no será, desde luego, una tarea fácil. Por la prensa Los integrantes de la Brigada Plus Ultra se enteraron de la orden de retirada por la prensa. Literalmente. Nadie del Ministerio de Defensa entrante les comunicó la decisión del nuevo Gobierno antes de la rueda de prensa ni en los minutos siguientes. Los principales interesados fueron los últimos en enterarse. Media hora después de que José Luis Rodríguez Zapatero comunicara a la opinión pública el retorno inmediato del contingente, Diario de León marcó el número de la Oficina de Información de la Brigada e informó al militar que respondió al teléfono. En medio del relevo La decisión de Zapatero encuentra al contingente español en medio del relevo entre la Plus Ultra II y la Plus Ultra III. El Ejército, a falta de una decisión gubernamental que le aclarara si las tropas iban a seguir en Irak o no, perdido en la tierra de nadie del traspaso de poderes, siguió ejecutando el relevo previsto para el 21 de abril con total normalidad. La indefinición ha llegado a tal punto que el general José Muñoz, que iba a mandar el nuevo contingente durante los cuatro próximos meses, acababa de llegar a Diwaniya en las últimas horas, y se encontraba ayer departiendo con su colega saliente, el general Fulgencio Coll. A Muñoz le tocará, con toda seguridad, conducir la retirada de las tropas. La retirada afectará al conjunto de la Brigada Plus Ultra. Además de los 1.254 españoles, la integran 1.144 soldados centro-americanos de El Salvador, Honduras, República Dominicana y Nicaragua. Estos militares se encontraban bajo mando español y obedecían las órdenes del general Coll. La salida de Irak deja descabezada a la brigada, que se queda con la mitad de sus efectivos y sin mandos. Los demás siguen La mayoría de estos países han comunicado a Estados Unidos su voluntad de continuar en la misión incluso si los españoles se retiraban, así que la patata caliente de qué hacer con la brigada queda en manos de los estamentos militares superiores: los de la división multinacional, liderada por Polonia, y los de la coalición, al mando de Estados Unidos. Así las cosas, en el momento de anunciar la decisión, en Irak hay tropas a punto de salir de y tropas recién llegadas. Los primeros enseñaban en estos días a los segundos los secretos de patrullar estas dos provincias, justo cuando las tropas españolas están sometidas al acoso diario de los milicianos de Moqtada Al Sadr, con los que se enfrentan a tiros casi todas las noches, en unos enfrentamientos que se han cobrado la vida de varios iraquíes y que hicieron perder un ojo a uno de los militares.