El Gobierno no quiere que el Parlamento vote el repliegue

José Luis Rodríguez Zapatero no desea someter a la votación del Congreso su decisión de retirar a las tropas españolas de Irak. La cámara baja recibió este domingo una solicitud de comparecencia urgente del presidente del Gobierno para explicar ante el pleno los motivos y las consecuencias de esta medida, que se llevará a cabo de forma escalonada de aquí a junio. La intención de los socialistas es que su intervención abra un debate meramente informativo en el que los grupos parlamentarios tendrán ocasión de exponer sus posturas, pero no de ratificar o reprobar la actuación del nuevo Gobierno; algo que ven innecesario. «El apoyo no se verá en votos -admitió ayer su secretario de Organización, José Blanco-, pero quedará patente en todas las intervenciones, a excepción de la del PP». Pese al optimismo de este dirigente del PSOE, la idea de no refrendar la disposición gubernamental no sólo despertó los reproches de los populares; IU también mostró su desacuerdo con ella. Este grupo presentó ayer una petición en el Congreso para que la comparecencia de Zapatero se desarrolle de acuerdo con un procedimiento que permita presentar propuestas de resolución al término del debate. Lo probable, sin embargo, es que su reclamo caiga en saco roto y el pleno, para el que aún no existe fecha, carezca de votaciones. Las llamadas de Zapatero El presidente del Gobierno conversó el domingo con los presidentes de El Salvador, Honduras y República Dominicana -países que tienen desplegadas tropas en Irak- para anticiparles su decisión y este lunes lo hizo con el primer ministro de Irlanda y presidente de turno de la UE, así como con los jefes de Gobierno de Reino Unido, Italia y Polonia y con el presidente de México.