| Crónica | El encuentro |
Maestro, alumno y Quijote
Zapatero participó en la lectura colectiva de la obra de Cervantes con un fragmento que seleccionó Alfonso García, su maestro de la niñez, con quien el presidente se fundió en un emocionado abrazo
Uno de los momentos más emotivos de la visita del presidente del Gobierno se produjo a la entrada del Nuevo Recreo Industrial, donde José Luis Rodríguez Zapatero se encontró con su antiguo maestro en el Colegio Leonés Alfonso García, a quien desde niño le une una estrecha amistad, y ambos se fundieron en un sincero abrazo del que los dos salieron con los ojos empañados en lágrimas. Zapatero acudió al Recreo para participar en la celebración del Día del Libro con la lectura ininterrumpida de El Quijote , una obra por la que ha mostrado veneración en reiteradas ocasiones, hasta el punto de tomarla como un eje de su acción de gobierno en materia de cultura. El fragmento de la obra cumbre de la literatura española que leyó Zapatero fue seleccionado además por su viejo maestro del Colegio Leonés, como si en una marcha atrás en el tiempo le volviera a ordenar salir al encerado para leer ante la clase. Un fragmento con intención Alfonso García, responsable del suplemento cultural El Filandón y coordinador de actividades culturales del Club de Prensa de Diario de León, seleccionó para Zapatero no un fragmento concreto de El Quijote , sino varias posibilidades con contenidos relacionados con la defensa de los débiles, la guerra, los consejos para el gobierno de la ínsula barataria y el honor. Finalmente, el presidente del Gobierno tomó el relevo del alcalde leyó sobre una edición de El Quijote con ilustraciones de Vela Zanetti y junto a un óleo de este pintor leonés desde el que le observaban los propios Alonso Quijano y Sancho Panza. Durante un minuto y diez segundos Zapatero leyó parte del capítulo primero de la segunda parte de la inmortal obra, donde el cura y el barbero visitan a un enfermo Don Quijote «y en el discurso de su plática vinieron a tratar en esto que llaman razón de estado y modos de gobierno, enmendando este abuso y condenando aquel, reformando una costumbre y desterrando otra, haciéndose cada uno de los tres un nuevo legislador...»