Cerrar

| Crónica | Sin Herrera ni Villalba |

«No falles a León, te necesita»

Miles de leoneses vitorean a Zapatero en su primer paseo por las calles de la ciudad como presidente del Gobierno, en una visita de poco menos de una hora y media llena de gestos

Publicado por
j.c.v. /a.g.p. | león
León

Creado:

Actualizado:

«Una y no más santo Tomás». Eso debió ayer pensar el que parecía el jefe de todo el dispositivo de seguridad y organización de gráficos que dirigió la comitiva de Zapatero en su triunfante paseo por la calle más emblemática de la ciudad hasta la plaza de San Marcelo. Algo más de medio kilómetro que el presidente tardó prácticamente media hora en recorrer totalmente asaltado por la multitud, que vitoreaba sin cesar su nombre entre adjetivos de triunfo. Los esfuerzos de los escoltas y los agentes policiales porque todo aquello avanzara resultaban casi inútiles, ante la incesante petición de saludos por parte de los leoneses que se agolparon a ambas orillas de Ordoño II para ver con sus propios ojos al paisano que desde el miércoles ya habita con su familia en la Moncloa. León, la casa de Zapatero, obligó al protocolo de Presidencia a permitir un recorrido a pie del nuevo jefe del Ejecutivo más largo que el que cualquier plan de seguridad aconseja para una máxima autoridad de un país. Hasta los curiosos que salieron a las ventanas de las múltiples oficinas que jalonan el centro fueron saludados con una sonrisa y un movimiento de mano por el presidente Por el camino comentarios de entusiastas ciudadanos y peticiones de todo tipo. «Sigue así, no cambies»; «No falles a León, te necesita»; «Eres el mejor»; «Necesitamos trabajo para nuestros jóvenes»; «¿Qué pasa con la escuela de pilotos?» o «No permitas que cierre en León el Banco de España». Fueron algunas de las frases que Zapatero pudo escuchar mientras estrechaba manos por doquier y repartía besos a diestra y siniestra. Un niña, de no más de seis años, Cristina, logró un beso del presidente tras casi desgañitarse para ser oída. Advertido de la presencia de la pequeña, no dudó en volver unos pasos atrás para saludarla. Atentos a los movimientos del inquilino de la Moncloa por su ciudad natal, el equipo de reporteros del programa «Pecado Original» de Telecinco asediaban al presidente con su alcachofa impertinente. Casi dos días llevan en la capital indagando los orígenes de su ilustre vecino. Borja Díaz -con su lema de una cruzada cada día, sus gafas oscuras de pasta y la gabardina inspector de policía- quería preguntar a Zapatero para el «españoleitor». Su mensaje para el nuevo inquilino de la Moncloa venía del que fuera su entrenador en el Leonés, Estrada: «No le expulsó del equipo». También quería saber en qué momento de su vida leonesa quedó atrapado por las garras del socialismo. Zapatero había llegado minutos antes de las 18.00 horas al Ayuntamiento, donde saludó con su padre a toda la Corporación y recibió de manos del alcalde la réplica de un gallo de San Isidoro. Ya en el acto, cargado de reseñas a su tierra, hizo un giño a su amigo y alcalde de la ciudad y pidió a Rodríguez de Francisco: «Chema, que sigas portándote bien, por León...». Entre los invitados, autoridades de todos los partidos -algunas de ellas en funciones- representantes sociales y la familia de Zapatero: su padre, su hermano, su cuñada y sus dos sobrinos. Se echó de menos a Sonsoles, su esposa, que era esperada, aunque León también sea su ciudad, prefirió seguir en un segundo plano. Dos ausencias fueron también significativas: Juan Vicente Herrera y Ángel Villalba.