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| Entrevista | Carlos de Francisco Vega |

«No hay problemas cuando respeta cada uno las costumbres del otro»

«Hablar con el islamismo hoy en día es realmente difícil desde cualquier creencia religiosa occidental y a veces sólo es posible dialogar sobre la vida»

Publicado por
Antonio Núñez - león
León

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Nació hace 54 años en el pueblo leonés de Vega de Infanzones y pasa por ser uno de los mayores expertos en relaciones entre las diferentes religiones que ahora conviven en España a tenor de los últimos movimientos migratorios. Es director de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales, delegado en España para las comunidades católicas de rito bizantino, acaba de llegar de Rumanía, donde buscaba contactos con otros colegas para ayudar aquí a los inmigrantes de los países del Este y la semana pasada fue nombrado también delegado diocesano en León para poner orden en el caos local de la convivencia entre religiones, un cargo más para cuando regresa a ver a su familia desde Madrid los viernes. -La UE tiene ya el euro como moneda única, pero muchas confesiones religiosas, lo mismo que idiomas. ¿Cómo trabajan y hablan entre ustedes y de qué? -Se dialoga sobre temas religiosos, aunque no con todos al mismo nivel, porque unas son confesiones cristianas y otras no, pero no por eso dejamos de ofrecernos a trabajar con todos desde el punto de vista social, por ejemplo, nadie pregunta en Cáritas si el que viene a nosotros es católico, protestante o musulmán. Tenemos desde cursos de lengua española hasta otros sobre árabe. También se trata de faciitar su integración social, no a modo de apisonadora, sino respetando la diversidad y las costumbres de cada uno, prescindiendo de la cultura de la que proceden. -Usted acaba de regresar de Rumanía, que es un país que llama también a las puertas de la UE. La gente, cuando emigra, estará más preocupada por el euro que por la religión... -En Rumanía, como en cualquier otro país, estas dos esferas no tienen por qué ir separadas. Emigrar significa elevar las condiciones de vida para los habitantes de zonas muy machacadas por el régimen comunista anterior, que parten de condiciones deplorables. ¿Preocupaciones cuando llegan aquí? Es de sentido común que vienen a trabajar, no a rezar, pero proceden también de una tierra con una espiritualidad muy fuertemente vivida. Ellos, por ejemplo, se quejan de que nuestras misas les saben a muy poco y prefieren ritos mucho más solemnes, sin mirar para el reloj, como nosotros. En definitiva procuramos ayudarlos con nuestra propia liturgia latina, porque una parte de ellos son católicos y todos cristianos. -¿Sería bueno que ninguna creencia religiosa se impusiera en la UE sobre las demás, al contrario de lo que intentan algunos países en el plano político? -Llevando a cabo una correcta integración no tiene por qué haber problemas. Lo mismo pasaría si se les quisiera obligar a ser españoles por decreto olvidando su procedencia. Tampoco sería bueno, pero alguna tentación hay. -¿Qué contactos mantienen con las comunidades inmigrantes islámicas? -Sólo tienen una comisión para hablar con el Estado, pero no con la Iglesia Católica ni con ninguna otra religión. Hay una Comisión Islámica de España, pero sólo para dialogar con el Gobierno y a todos nos vendría bien que hubiera otra o que esa misma dialogara también con nosostros. Es difícil colaborar con ellos, porque para el Islam la política y la religión van juntas y todo está contenido en el Corán, incluso las normas más mínimas y cotidianas de vida. El problema se agrava, además, ahora con las interpretaciones más fundamentalistas. -¿Han detectado ustedes redes de proselitismo dirigidas por esos mismos grupos fundamentalistas? -Vuelvo a decir que eso dificulta todavía más el diálogo, salvo el de la vida, porque en la calle tenemos que relacionarnos a la fuerza todos con todos, pero poco más: si vivimos en España, en un mismo barrio y con los mismos problemas, comentarlos también es integrarse... aunque muchas veces ni siquiera eso se consigue. ¿Los fundamentalistas? Por ejemplo, la corriente wahabita, que impera en Arabia Saudí, está financiando, controlando y exportando su pensamiento a las mezquitas más estratégicas de Occidente, incluídas las españolas. No hacen proselitismo entre la población autóctona, pero sí entre los inmigrantes musulmanes y a la hora de subvencionar toda la predicación del islamismo en el extranjero. Digamos que entre su propia gente están imponiendo una visión integrista de lo musulmán. Usted puede escuchar cualquier viernes a un imán que proclama como demoníaco cualquier cosa que venga de Europa o América, que, a su vez, son tierras a conquistar mental y religiosamente y, si llega el caso, también de la otra manera. En esto aquí deberíamos ser más precavidos. -¿Cómo se contacta con culturas religiosas aun más lejanas, como el budismo hindú, que también tiene en España su propia colonia? - Como con las teorías de Confucio en China, son más seguidores de una filosofía que fieles de una religión. Efectivamente pueden tener una cierta presencia, pero no hay contactos con ellos.