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Zaplana se queja de que todos ataquen al PP
La soledad de los populares era patente. Duran, Puigcercós, Llamazares y Francisco Rodríguez negaron que insultaran al PP
Manuel Marín dejó hablar a todos los portavoces en una interpretación magnánima del reglamento como muestra de que el nuevo talante se impone en la cámara. Pero sucedió lo insólito: Zaplana se quejó de que todos los grupos habían utilizado sus intervenciones para meterse con el PP. Duran, Puigcercós, Llamazares y Francisco Rodríguez sa-lieron a la palestra para negar que hubieran insultado al PP. La soledad de los populares era patente. Otro ejemplo de que los tiempos están cambiando: el hasta hace nada todopo-deroso secretario de Estado Jorge Fernández llegó a la puerta del Congreso a bordo de un modesto Citroen Xsara. Apenas recibió un saludo del policía de turno. Un minuto después, llega José Montilla en una semilimusina negra. El mismo policía sólo se cuadra y le abre paso cuando un ayudante de Montilla le aclara que es «el señor ministro». Para unos y otros la sombra de Aznar sigue siendo alargada. El propio Zapatero se equivocó y llamó a Rajoy «señor Aznar» y le echó en cara que siguiera las tesis expresadas por el ex presidiente en su último artículo. Otro ejemplo: nadie del nuevo Gobierno quiere asumir el espacio físico que ocupaba el ex presidente. La ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, a quien correspondería el sitio, se mueve a la derecha y deja el hueco.