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Análisis | Los antecedentes del 11-M

Un atentado probable

Existían numerosos indicios para temer que los terroristas islamistas podían elegir España como objetivo

Publicado por
E. Clemente
León

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Además de las amenazas expresas de Bin Laden, había motivos más que suficientes para temer que los terroristas islamistas cometieran un atentado en España. El Gobierno de Aznar priorizó la lucha contra ETA, lo que dio magníficos resultados, pero subestimó la amenaza que se plasmó el 11-M, pese a las advertencias de rigurosos informes internacionales y a los inquietantes indicios. Algunas señales eran alar-mantes. La desarticulación en noviembre del 2001 de una célula de Al Qaeda por orden del juez Garzón indicaba claramente que los criminales estaban instalados solidamente en nuestro país, desde donde se preparó el 11-S en Estados Unidos. Los atentados del 16 de mayo del año pasado en Casablanca deberían haber servido de alerta roja, pues mostraron que los yihadistas estaban dispuestos a pasar a la acción contra los intereses españoles. El ataque suicida contra la Casa de España costó la vida a cuatro de nuestros ciudadanos. El apoyo en primera línea de Aznar -con foto de las Azores incluida- a la guerra contra Irak incremen-taba el riesgo de ser objetivo de un ataque, aunque España ya estaba en el punto de mira de los asesinos partidarios de la guerra santa desde antes. Pero lo más preocupante es que las fuerzas de seguridad españolas conocían las andanzas de algunos de los implicados en el 11-M. Al menos cinco de los terroristas que protagonizaron los atentados, como supuestos autores ma-teriales, inductores o colabo-radores estaban fichados por la Policía, la Guardia Civil y el Centro Nacional de Inteligen-cia. El Tunecino, coordinador y autor de los ataques, fue filmado en vídeo y fotografiado varias veces en el curso de la investigación judicial sobre la célula de Al Qaeda que inició Garzón en 1995. Otro de los identificados como autor material, el marroquí Jamal Zougam, aparecía citado en un sumario del citado juez de septiembre del 2003. Su domicilio ya había sido registrado en agosto del 2001 y, según los datos de que se disponía, era uno de los islamistas más peligrosos que residían en España. Pero, además, el presunto inductor del 11-M, el también marroquí Amer Azizi, conocido como Othman al Andalusí y alto mando de Al Qaeda, que está en busca y captura, huyó incomprensiblemente dos veces de los policías en noviembre del 2001.