La boda real bloquea la centralita
El mayor despliegue policial de la historia se ha topado con una carencia de medios que impide identificar sospechosos
El mayor despliegue de seguridad de la historia de España tiene problemas. Varios mandos operativos vienen alertando desde hace dos semanas a los responsables de la Dirección General de la Policía que los numerosos controles preventivos puestos en marcha con motivo de la boda real del próximo 22 de mayo han perdido parte de su efectividad debido a la saturación de las comunicaciones, que impide en numerosas ocasiones saber si las personas que se tratan de identificar tienen antecedentes. Según los mandos de la lucha antiterrorista que coordinan la operación, cinco veces al día los funcionarios (divididos en cuatro equipos de siete personas por cada uno de los cuatro itinerarios) 'cierran' las principales vías de comunicación del centro de la ciudad a la búsqueda de posibles terroristas. Sin embargo, las radios no dan abasto. La causa es un error de cálculo: todos los controles se realizan a las mismas horas y el Halcón 0 , la central de los servicios de Información en la que se acumulan todos los antecedentes, no tiene capacidad para comprobar todas las identidades que reclaman desde la calle los policías. La centralita -desvelaron los responsables de la operación- sólo está gestionado por tres operadores, que apenas son capaces de responder a la quinta parte de las filiaciones que se reclaman, con lo que el objetivo de las 800 identificaciones diarias se ha reducido a poco más de 160. Al bloqueo de Halcón 0 se ha sumado durante la semana pasada la saturación del canal habitual. La sobrecarga ha llegado hasta tal punto que los responsables de la Comisaría de Seguridad Ciudadana han pedido a los funcionarios que participan en los controles preventivos que sólo utilicen el canal en abierto para consultas «indispensables y urgentes». La saturación de las comunicaciones y la imposibilidad de retener a un ciudadano en plena calle y por tiempo indeterminado ha provocado finalmente que los agentes, en numerosísimas ocasiones, dejen marchar a las personas que querían investigar sin haber podido cotejar sus filiaciones con las bases de datos de sospechosos de la Comisaría General de Información.