El CNI cree que una investigación parlamentaria sobre el 11-M dañará su credibilidad

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) está muy inquieto ante la perspectiva de que una comisión parlamentaria investigue lo ocurrido en torno al 11-M. A los jefes de la Casa les preocupa que el día 20, el pleno del Congreso acuerde activar esas pesquisas y ello acarree la desclasificación de parte de sus informes. Temen que eso eche por tierra una parte importante de su trabajo y además dañe la imagen del servicio secreto español. Fuentes del CNI consideran que cualquier desclasifica-ción de documentos sería en este momento muy negativa porque dejaría quedar muy mal a los agentes del centro y a sus responsables ante los demás servicios de inteligencia aliados. Todo ello en un momento en que la Otan y las cúpulas militares de los países amigos consideran prioritaria la cooperación entre agencias de espionaje para neutralizar la amenaza que suponen Al Qaida y sus grupos satélites. Según esas fuentes, la consecuencia de un exceso de transparencia puede acarrear que las agencias de países amigos desconfíen en el futuro de sus colegas españoles y se nieguen a cooperar con ellos e intercambiar información. Eso desprestigiaría al recién reformado CNI y echaría por tierra años de trabajo para afianzar vínculos con organizaciones aliadas. Afectaría a la moral de los agentes porque verían desnaturalizada su labor, que está marcada por el secreto y cuyos informes no tienen como finalidad salir a la luz, sino justo lo contrario. Decepción latente En el CNI aún está latente la decepción que provocó la decisión de Aznar en marzo de desclasificar dos informes elaborados en las horas posteriores a los atentados del 11-M. Sus responsables consideraron entonces que el Ejecutivo había roto el pacto básico de confianza que hasta entonces garantizaba que los miembros de la Casa podrían desarrollar su labor sin temor de que sus informes acabaran siendo parte del debate público.