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| Crónica | Investigación de la masacre de Madrid |

La policía ignoró al imán que instruyó a los autores del 11-M

Tras los atentados de Casablanca, la inteligencia marroquí y el CNI advirtieron a Madrid de que el predicador radical Fizazi defendía la reconquista de Ceuta y Melilla en sus sermones

Publicado por
Melchor Sáiz-Pardo - madrid
León

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Los servicios de Información de la policía ignoraron las reiteradas advertencias llegadas desde Marruecos que apuntaban que un peligroso imán de Tánger llevaba meses lanzado proclamas contra España y llamando a sus fieles a la «guerra santa» en la península. Las autoridades españolas tampoco consideraron esta amenaza cuando poco después de los atentados de Casablanca, la Inteligencia del país vecino relacionó el ataque contra la Casa de España con las soflamas del predicador y volvió a alertar de la presencia en territorio nacional de cinco de los acólitos de este religioso iluminado, dos de los cuales aparecen después como autores materiales del 11-M. Incluso el CNI llegó a mandar a Madrid recortes de prensa con las amenazas públicas del líder islamista contra España por la «ocupación» de Ceuta y Melilla. Según reconocieron ayer fuentes de la lucha antiterrorista, las fuerzas de Seguridad marroquíes comenzaron a alertar de las soflamas anti-españolas del jefe intelectual del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) a principios de 2003. Mohamed Fizazi aprovechaba sus sermones en la mezquita del popular barrio tangerino de Beni Mekada para lanzar mensajes como el de «recuperar el paraíso perdido» de Al Andalus (terminología utilizada meses antes por Ben Laden) o el de atacar a los «enemigos» españoles, que se habían convertido en miembros destacados de la «nueva coalición de los judíos y las cruzadas». El predicador, también conocido como Cheik Fizazi, llegaba a defender antes sus seguidores el tráfico de hachís para financiar su particular yihad en la península, a la que describía como el lugar de «la alienación y de la disolución de las costumbres de muchos marroquíes». Las inquietantes advertencias de Fizazi, que también había sido imán-invitado en la mezquita Al Qods de Hamburgo, donde conoció a algunos de los suicidas del 11-S, se hicieron aún más preocupantes después de los atentados del GICM en Casablanca el 16 de mayo de 2003. Desde un principio, las autoridades marroquíes no dudaron en relacionar el ataque contra la Casa de España de la ciudad alauí con las soflamas anti-españolas del imán tangerino. Fizazi fue detenido como instigador de la masacre del centro cultural español y condenado a 30 años de prisión.