Los vecinos llevan casi una década esperando ver los beneficios que les prometieron
El pasado día 11 de mayo se cumplían nueve años desde que Posada de Valdeón y Oseja de Sajambre fueron incluidos en el Parque Nacional de Picos de Europa, convirtiéndose en los dos únicos municipios de España que tienen la totalidad de su territorio incluida en un espacio regido bajo el más alto nivel de protección ambiental, con las restricciones e impedimentos que eso conlleva. Tuvieron que pasar siete años de tensiones sociales y rechazo a la nueva situación hasta que se consensuó un documento denominado Plan Rector de Uso y Gestión, que hoy sigue sin ser el verdadero modelo de desarrollo del parque. Los ocho años de gobierno popular no lograron grandes avances en el equilibrio entre el progreso que requieren los pueblos y el sostenimiento de la naturaleza. Cambios orgánicos y en la dirección del parque, siempre vinculado a Asturias, no han estimulado la vertiente leonesa en ninguno de sus ámbitos, centralizando en Oviedo y Cangas de Onís las decisiones más importantes relativas al futuro del espacio, que se han tomado casi siempre de forma unilateral y sin ningún tipo de talante negociador. Un cargo con talante abierto El nuevo cambio de gobierno en la Administración central ha traído esperanzas a los ayuntamientos leoneses. La teniente de alcalde de Posada de Valdeón, Ana Aida del Campo Cuevas, de Izquierda Unida, ha presentado la primera iniciativa política para pedir que el nuevo director o directora del parque nacional no sea un político. La propuesta de IU, apoyada por los concejales socialistas con los que cogobierna, apuesta porque la persona que sea designada en ese cargo «sea licenciada en alguna de las áreas relacionadas con la conservación del medio ambiente, que cuente con experiencia en la gestión de espacios naturales, que no haya ostentado cargo político alguno y que no tenga relación personal con ninguno de los municipios afectados». Ecologistas preocupados En su escrito a la ministra de Medio Ambiente, Ana Aida del Campo recalca que «sería importante que [el director o directora] contara con talante negociador e imparcialidad reconocidos». El perfil de los nuevos gestores es también un motivo de preocupación para los grupos ecologistas, quienes exigen que mejore la gestión y que aplique el PRUG, al tiempo que piden que se apruebe ya una normativa económica para el desarrollo sostenible.