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Publicado por
MANUEL CAMPO VIDAL
León

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FIN DEL aislamiento europeo... Al menos en materia de debates. El mapa electoral del 14-M desbloqueó la cerrazón de los cara a cara que son habituales en países vecinos y que aquí estaban hibernados. Hubo algunas excepciones anteriores, casi todas en Andalucía pero estas elecciones europeas nos han traído un aire de vuelta a la normalidad al menos en esta materia. Se enfrentaban dos pesos pesados. Sin duda lo son en su partido y en su historia de gobierno. Dos candidatos frustrados a la presidencia del gobierno que se quedaron en la antesala de la designación. Mayor Oreja formaba parte de las trillizas con Rajoy y Rato. Borrell ganó las primarias pero perdió por propios méritos frente al aparato y encima le aparecieron dos malas compañías fiscales de la infancia. Anoche Borrell estuvo contenido que es algo de lo mejor que le puede suceder. Fue extremadamente eficaz en algunos pasajes, especialmente al final, pero en su contención evitó cualquier emoción que en última instancia siempre es movilizadora. Quedó claro que Borrell se sabe la asignatura europea -la pregunta es cuál es la asignatura que no se sabe Borrell- pero acertó al contenerse porque su riesgo, como el de Herrero de Miñón en su día, es pasarse de sabio, de listo, y apabullar al de enfrente generando en consecuencia simpatía de la audiencia al resultar el otro víctima propiciatoria. No estuvo mal el estreno europeo de Mayor Oreja que viene de otras asignaturas o casi de la única a la que ha dedicado su vida política: Interior y País Vasco, que desgraciadamente durante años han parecido sinónimos. Pero aún así estuvo por encima de sus posibilidades, aunque dio la sensación de que deslizaba fragmentos del monólogo que tenía preparado. Fue el único en utilizar adjetivos poco afortunados como «tercermundista y bananero» aplicados a los antiguos gobiernos socialistas. Borrell en cambio recordó que en su día José María Aznar llamaba pedigüeño a Felipe González cuando consiguió los fondos de cohesión. La barba blanca de Mayor y el pelo canoso de Borrell daban una apariencia de imagen de los candidatos casi diez años por encima de su edad biológica. Esa imagen y el tono monocorde de ambos configuró un debate escasamente movilizador. Habrá que ganar en frescura y poner en el discurso algunas notas de emoción en futuros encuentros si se quiere aumentar la participación electoral. Dejémoslo en que fue un primera debate de tanteo y poco más.

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