Condenado a 31 años por intentar matar a sus hijos de cuatro formas distintas
Un hombre aceptó ayer 31 años y medio de prisión de condena como autor de dos intentos de asesinato sobre sus hijos y otro de homicidio sobre su mujer. Según reconoció el condenado, sobre las 17 horas del 29 de agosto de 2002 apuñaló a sus dos hijos menores de edad y trató de estrangular a su esposa. El acusado queda privado de la patria potestad de sus hijos para el resto de su vida y deberá pagarles una indemnización de 120.000 euros a cada uno de ellos, 180.000 euros a su mujer y 3.390 euros a uno de los agentes agredidos en un forcejeo cuando fue detenido. El procesado, E. N. G., aceptó la pena que supone rebajar la petición inicial del fiscal que solicitaba 40 años de prisión. La sentencia considera probado que el condenado se puso «celoso» después de que su esposa consiguiera un empleo en una joyería de Valencia, lo que le permitió «prosperar laboral y socialmente». Tomó la decisión de «vengarse de ella atacando a sus propios hijos, de 8 y 4 años de edad». El día de autos aprovechó una ausencia de su mujer para entrar en el domicilio familiar y con el pretexto de darles un baño a sus hijos los introdujo desnudos en la bañera. Metió un secador de pelo en la bañera y lo conectó a la red eléctrica «con la intención de electrocutarlos». Tras comprobar que no se había producido la descarga, colocó a uno de los niños sobre una cama y «trató de asfixiarlo». Poco después cogió un cuchillo y comenzó a asestarles puñaladas a los dos menores. Colocó a sus hijos heridos dentro de la bañera, amontonó varios trozos de papel, los roció con colonia y prendió fuego. Simuló el suicidio Después, ingirió «vino y comprimidos de Valium», y se hizo algunos cortes en la muñeca para simular que había intentado suicidarse. El condenado dejó una nota en la que le decía a su mujer «éste es el precio que vas a pagar para que todo sea tuyo, piso, coche y dinero. Los hijos vienen conmigo. Ya eres libre. Adiós. Yo no estoy loco, tú me has amargado la vida». El acusado llamó a mujer para comunicarle lo que iba a hacer, por lo que la policía entró en el domicilio y pudo abortar los parricidos. Mientras los agentes socorrían a los pequeños, el condenado intentó estrangular a su esposa. Cuando los agentes le detuvieron, intentó escapar y golpeó a uno de ellos con la cabeza.