León enjugará su deuda municipal con los 15 millones de la venta del agua

Los municipios han enjugado sus deudas o se han endeudado más en los últimos años gracias al suelo. Ahora le toca el turno al agua. Valladolid, Granada, Toledo y Oviedo; Ponferrada y San Andrés del Rabanedo privatizaron la gestión de sus monopolios de abastecimiento de agua a la ciudadanía a lo largo de los 90 a cambio de sustanciosas cantidades. Ahora se incorporan León y Bembibre. El modelo de empresa mixta será implantado a lo largo del actual mandato municipal en ciudades como Burgos, Santander, Luego, Segovia y Huesca que, según el concejal de Consumo, «están a la espera de cómo sale en León». La privatización del agua «no es, ni mucho menos, un patrimonio de la derecha», tal y como apuntó esta semana en León el coordinador del Observatorio de Servicios Públicos de la Universidad Complutense de Madrid, Andrés Sanz Mulas. El modelo de gestión compartida, o empresas mixtas, es el «último invento» en privatizaciones pero, en su opinión, el resultado es el mismo: «Se pierde en términos de control y es una gran barrera a la participación ciudadana en la gestión, por tanto, es una pérdida de democracia». Si Valladolid obtuvo 18 millones de euros en 1995 (3.000 millones de pesetas) por la venta de la gestión de su abastecimiento, León no se quedará atrás. Con nueve años de diferencia, obtendrá un mínimo de 15 millones de euros por el canon de la concesión de una empresa que entrará como socio del 49% de las acciones de Aguas de León, S.A. Así figura en el pliego de condiciones que el pleno municipal aprobará en junio para su exposición al público durante 30 días. El canon anual será un porcentaje -del 2 al 4%- de la facturación. La concesión se otorga por 25 años, prorrogables otros tantos en períodos de cinco años. Con esta medida,el municipio de León pone fin a casi 50 años del servicio municipalizado. Un roto para un descosido El motivo: los problemas de tesorería del Ayuntamiento de León. Lo reconocen el concejal de Aguas, el socialista Ramón Carrera, y la concejala de Hacienda, la leonesista Gema Cabezas. En segundo lugar, ambos defienden la necesidad de mejorar la gestión del abastecimiento de aguas. «Me hubiera gustado hacerlo desde dentro, pero eso es imposible en la situación que se encuentra el municipio», asegura el edil. Incluso la oposición coincide: «Es una medida innecesaria y absurda porque el servicio está bien saneado; se hace para obtener dinero para amortizar otras deudas», indica el popular Rafael Pérez Cubero. No es que el PP esté en contra de las privatizaciones; simplemente, preferiría «privatizar el matadero, que es deficitario». Para quienes se oponen a la privatización, como la plataforma ciudadana de León, la fórmula equivale al refrán de recurrir a un «roto» para solucionar «un descosido». «El actual servicio de aguas es una conquista social realizada con el esfuerzo común de varias generaciones de leoneses», asegura. «El problema de fondo es la financiación de los ayuntamientos españoles y como se intenta solucionar con algo que no tiene que lo que van a hacer, a largo plazo, es agravarlo», explica Sanz. Un plan director que la futura empresa mixta realizará para los tres primeros años de funcionamiento especificará necesidades como la digitalización de la red y la elaboración de una cartografía completa de todo el abastecimiento para evitar fugas innecesarias. «A partir de ese documento se afrontarán las inversiones y las mejoras a realizar», asegura Carrera. ¿Quién despilfarra? La ciudad de León, con sus tres pedanías y la cesión a Villaobispo y La Virgen del Camino, saca a la red una media de 18,5 millones de metros cúbicos al año, pero «sólo factura el 50%». No son los usuarios que reciben bonificaciones o están exentos del pago -2.450 y 2.073, respectivamente- los responsables del despilfarro del líquido elemento, sino las fugas incontroladas, la falta de automatización de depósitos como los de Oteruelo y carretera de Asturias cuya única regulación cuando sobra el agua es tirarla a la red y la utilización de agua potable en labores de riego o limpieza. Por ejemplo, el campo de fútbol se riega actualmente con agua apta para beber, con el consiguiente coste para el municipio, que ni la contabiliza, ni la cobra. Una de las medidas que adoptará la futura empresa es instalar contadores en todos los servicios municipales, con el fin de establecer un plan de ahorro. «En determinados servicios se fijará un límite para, a partir de ahí, facturar el agua», explica el concejal de Consumo. «Del 50% de agua que perdemos, se puede recuperar hasta el 30% porque el 20% de pérdidas se considera normal», añade. León potabiliza cada año en las dos plantas (Villavente, para la traída del Porma, y Oteruelo, para la traída del Luna por el Órbigo) 18,5 millones de metros cúbicos de agua y recauda 5,5 millones de euros por facturación. El 62% de este presupuesto se va en sueldos y aunque a efectos contables hay en caja cerca de seis millones de euros, el servicio arrojó el último año un déficit de 200.000 euros. «Hay muchos gastos que los soporta el Ayuntamiento y que hasta ahora no se habían tenido en cuenta», repone el concejal. En cuanto a la plantilla, Aguas de León, S.A. subrogará los 84 contratos con idénticas condiciones económicas y sociales, con la «ventaja» de que los 15 temporales pasarán a fijos al mes de crearse la sociedad. La edad media de los trabajadores es muy alta y a la que será factible ofertar un plan de prejubilaciones a corto plazo, reconoce el concejal. «El beneficio para la futura empresa viene por la vía de la gestión, no por el incremento de las tarifas», asegura Cabezas. El capital social de la empresa Aguas de León mixta se fija en 3 millones de euros. El Ayuntamiento aportará, en lugar del dinero, los derechos de las concesiones -se pagan 200.000 euros al año a la Confederación Hidrográfica del Duero- e infraestructura de abastecimiento: dos potabilizadoras, los depósitos del Torío (en reserva) y casi 1.000 kilómetros de red. No incluye en el saneamiento, ni la depuración. El ciclo del agua se regirá por dos sistemas jurídicos. Sobreexplotada Un sistema de telemando sigue desde un panel toda la actividad. Hacia las 14.00 horas del viernes el panel indica que la salida de agua desde la planta de Villavente es de 550 l/seg, 50 por encima de la capacidad teórica. La tubería de agua bruta está diseñada para 1.250 litros/seg. pero no la planta de tratamiento.