Diario de León

OPINIÓN

Urnas europeas sin entusiasmo

Publicado por
MANUEL LEGUINECHE
León

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ALLÁ por los años 50, cuando renació la idea de Europa, se decía que el viejo continente era demasiado grande para estar unido y demasiado pequeño para permanecer dividido. Este era el doble destino de Europa, que se zanjó hace unos meses con la incorporación de diez países del Este y dos del Mediterráneo. O sea, que son 25 las naciones que votarán en las elecciones al Parlamento europeo, hay que decir que sin excesivo entusiasmo. Unos, los nuevos, porque desconocen el mecanismo y otros porque creen que lo conocen demasiado bien. El fantasma de la abstención recorre Europa, aunque puede haber sorpresas. En 1979 votaba el 62% en las europeas, hoy lo hace el 49%. ¿Qué es lo que echa para atrás a los votantes en las europeas? Se tiene la sensación de que los eurócratas se pegan la gran vida, ganan sueldos fabulosos y reúnen dietas y viáticos por todos los conceptos. Están muy alejados del corazón de los ciudadanos. Disponen de incontables billetes de viaje y oficinas en las que se practican el nepotismo. No es del todo verdad, pero a nadie se le ha ocurrido desmontar o corregir esa imagen. Bruselas queda muy lejos, ese lugar del que los partidos se sirven para con una patada hacia arriba, enviar al ostracismo a los políticos que les sobran. Los del norte creen que los del sur son parásitos aficionados a la corruptela y la siesta. Ahí está, en esa línea, el Reino Unido, aquejado de un déficit de conciencia europea, euroescéptico por definición, donde gana adeptos el partido favorable a la independencia británica de Europa. Se ha explicado mal la idea de Europa. Ni siquiera la ayuda, tan decisiva, de los fondos de cohesión se atribuye en España a quien corresponde, a Bruselas. Los gobiernos y las diversas instituciones se las apañan para hacer ver que son ellos los que proveen los fondos. Una de cada cuatro pesetas que recibe un agricultor español procede de las arcas de la Unión Europea. Ese tiempo de las vacas gordas se va a acabar porque los diez recién incorporados quieren, cargados de razón, su parte del botín para elevar sus niveles de renta. De ahí que en una reciente encuesta siete de cada diez españoles consultados tema los costes de la ampliación europea, la Europa de la unidad pero no la unanimidad. Pero ocho de cada diez españoles están contentos con la Unión Europea, partidarios no ya de españolizar Europa sino de europeizar España.

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