La Constitución pondrá a la eurocámara en igualdad con los gobiernos de los Estados miembros
La cámara de Estrasburgo disfrutará de más poder de decisión que nunca
La institución ha ganado relevancia con el tiempo y ahora ejerce un poder legislativo
En la Cámara de Estrasburgo es posible disfrutar de coche oficial, de dietas abultadas y pisar alfombra roja pudiendo pasar desapercibido. Por eso, muchas veces se presentó al Europarlamento como un cementerio de elefantes, una especie de retiro de oro para apartar a alguien de la primera línea política. No obstante, la institución ha ganado protagonismo con el paso del tiempo, y de tener un papel meramente deliberante pasó a ejercer un verdadero poder legislativo, hasta el punto de que interviene en el 60% de las decisiones que afectan al ciudadano. Es cierto que hace unas semanas aún era posible ver por los pasillos de la Eurocámara al ex-presidente portugués Mario Soares, a punto de cumplir los 80 años. Pero las competencias que está cobrando la institución hace que se prodiguen cada vez más los políticos con un perfil más rejuvenecido y activo, convirtiéndola incluso en una cantera de ministros. Desde el Tratado de Maastricht de 1992, los eurodiputados poseen -junto a los gobiernos nacionales- la capacidad de decidir en materias como el mercado interior, la libre circulación de trabajadores, las redes de transporte, la sanidad, el consumo o el medio ambiente. La Eurocámara fue responsable de que endurecer las leyes europeas contra el tabaco, como ahora está apoyando que se rebaje el IVA para restaurantes y peluquerías o para artículos como los discos y ropas para niños. Constitución europea El Parlamento también es autoridad presupuestaria en la Unión y, como novedad, el Tratado de Niza del año 2000 le concede por primera vez en la historia la capacidad de aprobar o censurar con su voto al presidente de la Comisión Europea que designen los Veinticinco para suceder al italiano Romano Prodi. Pero todavía hay más: «Las leyes y las leyes marco europeas son adoptadas, bajo propuesta de la Comisión, conjuntamente por el Parlamento y el Consejo de Ministros». Esto es lo que dice el artículo 33 del proyecto de Constitución Europea, que se disponen a aprobar los Veinticinco, y que para la Eurocámara es una auténtica revolución pues la pondrá en pie de igualdad con los gobiernos de los Estados miembros a la hora para ejercer el poder legislativo.