Polonia y Reino Unido ejemplifican el ascenso de este tipo de formaciones
La abstención y el voto de castigo fortalece a los grupos antieuropeos
Populares y liberales intentarán un acuerdo para elegir al presidente de la Eurocámara La Comisión insta a los Diez a que
Decepcionados, unos. Inquietos, los otros. La mayoría de los eurodiputados que ayer se dejaron ver por Bruselas no ocultaban el mal sabor de boca que les dejó el resultado de las elecciones europeas, especialmente en lo que se refiere a las bajas tasas de participación, que alarmantemente se situó en una media del 44%. Fue precisamente este factor, unido al voto de castigo a los gobiernos nacionales, lo que alentó los grupos antieuropeos, que ahora dispondrán de mayor resonancia en Estrasburgo. Hasta el próximo 20 de julio, día en que se constituirá el nuevo Parlamento Europeo, todavía no se sabrá con exactitud el número de eurodiputados que integran cada grupo político. Ni tampoco se puede comparar fácilmente el Parlamento saliente con el entrante, pues el primero disponía de 626 asientos y el nuevo tendrá 732. Pero hechas estas salvedades, lo que resulta evidente es que lo único que se mueve en la Eurocámara es el voto hacia el euroescepticismo, el soberanismo, el populismo, el neofascismo, el radicalismo de izquierda y todo ese grupúscu-lo de partidos que lo único que tienen en común es su senti-miento crítico hacia la Unión Europea (UE) y los valores que representa. La palma se la llevan dos países: Polonia y el Reino Unido. En el primero, hay dos partidos de signo populista y ultracatólico que llegaron victoriosos en estas elecciones y que aportarán 17 escaños a las filas de los antieuropeos. Los electores británicos, en cambio El Partido para la Independencia del Reino Unido (UKIP), que aboga por la salida británica de la Unión, incrementa de 3 a 14 el número de escaños en Estrasburgo, pese a que este país perdió nueve actas en aras de la ampliación. Todavía hay otro críticos que llegan a la Eurocámara, como la llamada Lista de junio, creada en Suecia al fragor del no al euro. La extrema derecha También la extrema derecha sale reforzada, pues progresan en Bélgica merced al xenófobo Vlaams Blok, se mantienen en Francia con el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen y crece en los nuevos países del Este. En cualquier caso, populares y liberales intentarán ponerse de acuerdo para capitanear ideológicamente la Eurocámara y nombrar a su presidente. No va a ser fácil, pues poseen 343 escaños, y la mayoría absoluta está en los366. El líder del Grupo Liberal en la Eurocámara (ELDR), Graham Watson, afirmó su determinación a crear un grupo de centro con el apoyo de liberales franceses e italianos que ahora están en el Partido Popular Europeo (PPE), con el fin de crear una formación «proeuropea que luche contra el escepticismo fatigado del PPE».