El juez encarcela a cinco de los ocho asturianos detenidos por la narcotrama
El juez Juan del Olmo ordenó ayer el ingreso en prisión incondicional de cinco de las ocho personas detenidas el miércoles y el viernes de la pasada semana en Asturias, acusadas todas ellas de «colaboración con banda armada» por haber participado en la venta de más de 200 kilos de goma dos ECO a los terroristas que perpetraron la masacre del 11-M. Los encarcelados ayer son: Antonio Toro Castro, socio y cuñado del ex minero José Emilio Suárez Trashorras y que ya fue detenido por primera vez el 28 de marzo; Carmen Toro, hermana de Antonio y esposa de Suárez; Iván Granados Peña, amigo de los Toro y de Suárez; Raúl González Peláez, picador de la mina La Collada; y Emilio Llano Álvarez, el vigilante de la mina asturiana Conchita, de la que supuestamente procedía el explosivo utilizado en la masacre de los trenes. A este último el juez también le imputa un delito de «cooperación en el transporte de explosivos». A complicar más aún la investigación sobre la operación de venta de explosivos contribuyó este miércoles la larga declaración del adolescente de 16 años detenido el pasado viernes en Avilés. A petición de la fiscal de menores sustituta, Blanca Rodríguez, el juez central de menores de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, ordenó su ingreso en un centro de menores de la Comunidad de Madrid por un período de tres meses, prorrogable por otros tres meses (medio año es el máximo tiempo de reclusión preventiva para un no adulto a la espera de juicio). El magistrado acusa al joven de haber participado en el transporte de los explosivos robados hasta Madrid. Sin embargo, hasta ahora las investigaciones de la Guardia Civil apuntaban a que el adolescente, conocido como El gitanillo , se había limitado a viajar la capital de España para recoger el coche que los asturianos prestaron a los terroristas para regresar a Madrid.