Los obispos dicen que las leyes, por sí solas, no son la solución

Las leyes y las medidas represivas por sí solas no solucionan el problema de la violencia contra la mujer, según dijo ayer el secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino. A juicio de los prelados, el problema de los malos tratos hunde sus raíces en la pérdida de valores morales y en una mala preparación para el matrimonio. Al término de la reunión de la Comisión Permanente del Episcopado, Martínez Camino adujo que la mejor forma de evitar las agresiones del hombre contra la mujer es la educación. «Lo que significa el compromiso matrimonial y conyugal no se soluciona con leyes ni con determinaciones judiciales o policiales solamente. La Iglesia trata de contribuir a que la familia y el matrimonio sean un ámbito de paz y de hacer posible la convivencia y la educación de los futuros ciudadanos». En este sentido, subrayó que el matrimonio es el único ámbito que permite la correcta educación de los hijos, quienes a la postre son los sujetos más vulnerable que soportan las crisis de la pareja. Martínez Camino destacó que el división de Barcelona en tres diócesis contribuirá a la creación de la región eclesiástica de Cataluña, formada por Barcelona Tarragona y las diócesis de Tarrasa, San Feliu de Llobregat, Girona, Solsona, Vich, Urgell, Lleida y Tortosa. El portavoz episcopal insistió en que Cataluña es la única comunidad que por ahora podrá ser una región eclesiástica, aunque se trata de una decisión que aún debe ser aprobada por el Vaticano.