AMBASAGUAS
El fino trabajo del carpintero en los corredores abiertos
Dice Fernando Chueca Goitia que «la arquitectura típica regional es mucho más seria, natural, ordenada y sencilla que esa otra que hoy se traslada desde la ciudad al medio rural, con un deseo de falsa modernidad». En Ambasaguas, un pueblo-barrio pegado al que sólo el río separa de Quintanilla de Losada, la urbanización de la plaza, de hace varios años, es un ejemplo de esta clase de importaciones que empobrecen los entornos tradicionales: fuentes y bancos a base de cemento. La recuperación que se ha realizado ahora de un conjunto de viviendas en la calle del Banco, respeta los materiales y las tipologías existentes; se ha afanado en restituir parcialmente la madera que faltaba en algunos corredores y en protegerlos para su mejor conservación futura. Ambasaguas constituye una buena muestra de los elementos característicos que se pretenden salvar como emblemáticos de La Cabrera: corredores abiertos y cerrados, que exhiben una riqueza de trabajos en la madera como en pocos lugares de la comarca; hornos de piedra que sobresalen de algunas viviendas y las escaleras exteriores, también de piedra. Son casas que tienen una mejor conservación de sus cubiertas y en las que la intervención sobrepasa la mera consolidación de una ruina. «Se trata de una de la zonas urbanas con más carácter y poesía de La Cabrera» cuya recuperación «todavía es posible». El arquitecto resalta que las obras no pretenden «reconstruir edificios ni resarcir a los propietarios», pues el objetivo es «recuperar un ambiente rural único que se mantiene tristemente con intenciones de convertirse en ruina o pastiche de distintos tipos de construcción». Una vez recuperados los edificios individualmente se intenta dar una unidad de conjunto para mostrar que «se puede construir manteniendo el patrimonio original de nuestros antepasados», precisa el proyecto que ha financiado la Junta.