Al margen del sida, el contagio de infecciones se reduce a la gripe y a la tuberculosis
Mucho han cambiado las cosas en lo que se refiere al contagio de enfermedades infecciosas en la provincia de León desde los lejanos años en los que se investigaba por primera vez con el hongo penicillium notatum . Aquellos, los 20, eran años en los que la sífilis tenía una importante incidencia entre la población, y mucho más aún en los tiempos posteriores a la Guerra Civil española. Era causa de muerte, como también lo eran las fiebres palúdicas vinculadas a la brucelosis vacuna y ovina. Aunque León no fue una provincia especialmente atacada por la lepra, sí tuvo su momento muy al principio del siglo, cuando se relacionaba este mal con los peregrinos del Camino. Sí que tuvo una especial importancia en León durante muchos años la tuberculosis, que obviamente fue atribuida al riguroso clima y a la minería. Vacuna contra grandes males Obviamente, los avances no sólo se pueden argumentar con el hallazgo de la penicilina, sino que las vacunas fueron el paradigma de los grandes males del pasado siglo, caso de la que erradicó la viruela, la tosferina (1948), la poliomelitis (1954) o el cólera (1986). Como ejemplo, en 1978 había 22.831 leoneses afectados por alguna de las 20 enfermedades de Declaración Obligatoria, mientras que el año pasado eran 16.112, y la mayor parte de ellos por gripe. Pese a todo, el contagio del sida sigue siendo hoy el gran reto de la medicina. Investigación en León El catedrático de Microbiología Juan Francisco Martín subraya que la penicilina supuso «un gran salto para la sanidad no sólo humana, sino animal», sectores en los que tanto Inbiotec como varios departamentos de la Universidad de León están aportando importantes avances. Estos laboratorios trabajan ya con hongos de la penicilina modificados genéticamente ( penicillium chrysogenum ), con los que se han conseguido muchas patentes.