Carta a Joaquín Otero
Señor secretario general: Por razones personales, políticas y de toda índole que no viene al caso ponerle de manifiesto, le comunico mi baja como militante del partido de su dirección con efectos de esta misma fecha y con carácter, evidentemente, irrevocable. No le oculto mi enorme tristeza al verme obligado a tomar esta decisión que usted está seguro que comprende como trascendental. Como miembro fundador de la UPL me gustaría conservar en mi poder el carné que me acredita como militante número uno del mismo y contar con la anuencia para ello del propio comité ejecutivo del partido. Entienda que tiene para mí un carácter sentimental en tanto en cuanto ha marcado y simboliza gran parte de mi actividad pública y política. No obstante, si hubiera algún inconveniente para ello procedería a su entrega, remisión al partido o destrucción. Es evidente que mi baja en el partido conlleva la pérdida de todo cargo orgánico que pudiera detentar en la UPL, con la inevitable trascendencia también de que el mandanto representativo que detento en las instituciones Ayuntamiento de León y en las Cortes de C. y León, me obligan a la reubicación política con arreglo a la ley, fuera de la fuerza política bajo cuyas siglas me presenté.