Aznar sostiene que el PSOE ganó las elecciones como consecuencia del 11-M

«El PSOE llegó al Gobierno como consecuencia del 11 de marzo: ellos lo saben y los demás también; antes del 11 de marzo no tenían un proyecto: ellos lo sabían y los demás también; no esperaban gobernar: ellos no lo esperaban y los demás tampoco. Y lo más llamativo es que, tres meses después se sigue igual, con la diferencia de que ahora son los que gobiernan». Con este duro alegato reapareció ayer en la escena política el ex presidente del Gobierno José María Aznar, en la conferencia inaugural de la escuela de verano organziada por la Fundación Faes. En un repaso a la situación política actual, el dirigente popular echó por tierra todas las actuaciones realizadas por el Gobierno del PSOE desde que llegó al poder. El ex presidente calificó la jor-nada de reflexión como «la más antidemocrática de la historia reciente española». «Aquel día una parte de la izquierda española echó un borrón en su historia que difícilmente podrá borrar nunca. Los que la promovieron tendrán un baldón colgado en el cuello durante toda su vida», añadió. José María Aznar, pese a ser todavía de manera formal el presidente de su partido, es un militante díscolo a la hora de aceptar la línea política establecida por el actual líder del PP, Mariano Rajoy: se rebela ante la decisión de su sucesor de negociar reformas constitucionales, aceptar el contenido de la Constitución Europea y mirar sólo hacia delante sin cuestionar el resultado de las elecciones del 14 de marzo. En todos estos asuntos, el presidente del PP tiene posiciones distintas a las marcadas por la dirección de su partido. «Cirugía constitucional» «Se podrán poner todos los paños calientes que se quieran, pero en el momento en el que se tome el bisturí y se empiece a hacer cirugía constitucional, creo que vamos a ver de cerca algunos riesgos que quedaron felizmente superados en la transición democrática». Con esta frase, el presidente de la Faes alertó a su partido de los riesgos que asume al aceptar la propuesta del Gobierno para negociar reformas de la Constitución. Al contrario de lo que piensa Rajoy, y con él el nuevo equipo directivo popular, Aznar considera que España no debe plantearse, bajo ningún concepto, abrir el melón constitucional porque, a su juicio, en este país «se dan, simultáneamente, el secesionismo y la amenaza del terrorismo separatista». A partir de esta premisa, planteó una serie de preguntas con las que presentó la reforma del Senado como un proceloso camino cuyo mayor peligro está en las incógnitas que encierra. «¿Vamos a meter el modelo federal por la puerta de atrás?», fue la primera de sus cuestiones, que expuso tras preguntar el sentido de los cambios que propone el PSOE para convertir el Senado en cámara de representación territorial. En este punto, demostró que no ha variado en absoluto sus planteamientos ni ha introducido el más mínimo matiz en sus posiciones porque volvió a plantear la duda que ya le inquietaba durante la campaña electoral: «¿Va a ponerse sobre la mesa un cambio de régimen político?».