Zapatero reformará la ley para que sea decisivo el permiso de la Cámara baja para intervenir en guerras
El Gobierno necesitará la autorización del Congreso para el envío de tropas
El Parlamento ratifica por primera vez el envío de un contingente militar al extranjero Zapa
El Gobierno no podrá autorizar la participación del Ejército en una guerra si el Parlamento se opone. El Ejecutivo tiene previsto promover en el próximo período de sesiones una reforma legal que le obligará a contar con el permiso de la cámara baja para intervenir en conflictos bélicos. La Constitución establece que el Gobierno tiene competencias exclusivas en política exterior y de defensa, mientras que al Parlamento le corresponde controlar al Ejecutivo, pero José Luis Rodríguez Zapatero quiere modificar la Ley Orgánica de Criterios Básicos de la Defensa Nacional para aumentar las atribuciones del Congreso en esta materia. Durante el pleno extraordinario en el que pidió el respaldo del Parlamento para el envío de tropas a Afganistán y Haití, el presidente del Gobierno anunció que a partir de septiembre remitirá un proyecto de ley para ampliar los instrumentos de participación de las Cortes. Al final de su discurso estableció tres posibles fórmulas de consulta al Congreso de los Diputados, aunque no especificó en qué casos utilizaría cada una. En el primero, el Ejecutivo se limitará a informar a los parlamentarios de la misión, como hicieron la pasada semana los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores y Cooperación, sin que estos puedan hacer otra cosa que opinar. El segundo sería el mismo caso del pleno de ayer, en el que el Consejo de Ministros tomó la decisión con anterioridad y después el Gobierno la somete a debate parlamentario. Pese a que estas votaciones no serán vinculantes jurídicamente, Zapatero se comprometió a respetarlas «desde el punto de vista político, pues nuestras tropas sólo serán enviadas a Afganistán o a Haití o a cualquier otro lugar si la decisión de mi Gobierno cuenta con el respaldo de esta cámara». El último supuesto es el que atará las manos al Ejecutivo, porque será el Congreso el que tendrá que aprobar en una votación la intervención en una guerra. Un «No» de la cámara la frenaría en seco. Esta opción, según fuentes oficiales, se reservaría para la participación directa de España en una guerra.